16 mayo, 2007

Cinco agrados y un odio

A petición de mi buen amigo Miguel Bri, la cual llevo dos semanas sin cumplir por: decidia, trabajo, cansancio, falta de inspiración, hartazgo y una que otra preocupación de esas que expulsan mis cabellos de los folículos capilares, hoy teclearé —porque por ahí dicen que escribir no cualquiera, si acaso Saramago, García Márquez o Joyce— mis cinco agrados y un odio.
Este "torito" que me aventó el Freakney no es sencillo, quizás sería más fácil dar cinco odios y un agrado porque no soy de esas personas que no albergan rencores en su corazón, leen a Paulo Coelho, Cornejo y Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Ni maíz, a mí si alguien me zurra, me zurra y siempre, si algo me abomina, me abomina y difícilmente dejará de abominarme. La edad me ha ablandado en algunas cosas, pero mis odios permanecen felizmente intactos.
No se puede ir por la vida queriéndolo todo y repartiendo flores como si fueras una ninfa. Los amores, como los odios te hacen vivir, y pues bueno, contestaré al "batón" (así dijo Bri que se llama esta onda del reto blogero que consistió en que él escribió sus cinco agrados y un odio y luego nos pidió a algunos que hiciéramos lo mismo, algo así como lo que hace la mano hace la tras o las cebollitas, pero con calzones), con mucho gusto.
Mis agrados (no puedo desligar la palabra agrado, de La Agrado, el personaje de Almodóvar en Todo sobre mi madre, ni tampoco de Olvido Gara, mejor conocida como Alaska, de los Pegamoides, luego Dinarama ahora Fangoria, seguro es una fijación por la rola de Cómo pudiste hacerme esto a mí, bueno, yo me entiendo, no hagan caso).

1.- Odio... perdón estamos en los agrados, me agrada... momento, momento, hace un segundo volví a abrir el blog u.n.i.c.o. de Britney y estoy en un grave error, pero con el tiempo justo para repararlo: ¡¡¡¡Son cinco odios y un agrado!!! Carajo, mi dislexia infectó el blog, perdón, ya decía yo que esa visión de encontrar cinco cosas hermosas era algo demasiado fresa para venir del apocalíptico Bri. Sorry, rebobino y vuelvo a empezar.

Mis odios (caray, me sentí liberado de sólo escribirlo, siento que puedo odiar a cualquiera y escribir sobre ello). Y van pues.

1.- Ahora sí, odio a las personas que te saludan como si fueras su amigo de toda la vida, como esas viejas que te dicen cariño o mi amor cuando tienen dos semanas de conocerte o esos weyes que te dicen hermano, cuando esa palabra hasta viniendo de tu hermano suena rara. Por lo regular estos elementos de la fauna contemporánea "hermanean" hasta al wey del alcoholímetro y supongo que lo hacen para granjearse la simpatía y los favores de todos o simplemente porque son tan miserablemente grises que creen que así alguien les tirará un flato y será su amigo. No lo sé, ni me interesa, pero lo que sí me da un mazazo es soportarlos, más bien padecerlos y como no soy de los que puedan ocultar sus sentimientos, se me nota inmediatamente que estos billetes de 2.50, estos clones de mamá campanita, me zurran.

2.- (Se siente bien sacar estos odios, sigo...) Odio la salsa catsup, no puedo ni verla si estoy comiendo. Esta mezcla uniforme, espesa, roja y sin chiste es la aberración culinaria más grande que haya tocado mesa alguna. ¡Agua, jitomate y azúcar! Guácala. Desde niño me ha perseguido este odio, desde que sin preguntarme me servían mi huevito y le ponían catsup, desde que me arruinaban cada hot dog y cada hamburguesa con el mismo lento amasijo que aparte tarda segundos en dignarse salir de su botella, y que cuando sale, por lo regular sale más del deseado. He escuchado durante mi vida miles de veces la letanía: "una hamburguesa sin catsup no es hamburguesa" o el "a qué te sabe una hamburguesa sin catsup", pues me vale, no me gusta y la odio, me vomito de verla en mi mesa. A lo mejor mi daltonismo también tocó mi lengua y no distingo los sabores como los demás o simplemente mi paladar exige un poco más de respeto.

3.- Odio los musicales, todas esas obras de teatro ñoñas y más cuando son películas, donde el protagonista le dice a la dama en turno... te quiero decir que... y empieza a cantar y bailar bajo la lluvia. Qué asco, es como para mi tía Cuca que a todo decía "mira qué bonita variedad mijo". Cats, Chicago, la Bella y la bestia, por mí se pueden estrenar y poner mil veces estos bodrios, que a menos de que me lo pida mi esposa o mis hijos, no voy , no voy y no voy.

4.- Alucino gacho a los "expertos en política" que odian al Peje por naco (y hay que verlos), pero que no son capaces de esgrimir ninguna explicación fundamentada para decir que era la reencarnación de Stroessner y primo hermano de Videla. Que todo lo rojo se les hace del diablo y cuya moral es más doble que la sexualidad de Armando Palomo. No quiero decir que odio a los antipejistas, para nada, cada quien es libre de votar por quien su corazón o su lonchibón ordene, pero si son zurrantes aquellos que sin argumentos, sólo porque era "naco" lo tachaban. Caray, lo más fácil del mundo es quemar brujas. Este tipo de personajes se suben al tren de la denostación de todo aquello que desconocen. Creo que del odio pasé a la lástima. Ahí la dejo.

5.- Odio... a los grandes reporteros. Esos que caminan con la neta de la mano. Esos que lo han hecho todo y que escriben como nadie. Que son los únicos que entienden lo que quiere decir la compleja fuente. A los que no se les van notas, sino que la competencia "voló" la nota o no saben nada del tema. Los mismos que odian a los novatos y que con sus largos mantos blancos juzgan a los pobres obreros de la información que sólo tratamos de generar notas, de preferencia exclusivas y cuando menos oportunas e interesantes.

Agrado

1.- Me agrada platicar con Ari, redescubrir con él todas las dudas que puede generar el mundo en alguien que acaba de llegar a él y darme cuenta que a mi edad, tampoco las he despejado todas y ni siquiera las que creía entendidas las creo al 100 por ciento.

Dicho lo anterior declaro cumplida una deuda y podemos ir en paz que la masa se ha terminado.

PD: Ahora este batón de cinco odios y un agrado se lo paso a Carlos Rodríguez y su primetime, a Carlos Uriegas y su marquesdesade71 y a Roberto Vargas en sus demonios. No lo tomen como una cadena y lo podrán resolver.