31 octubre, 2007

Para llorar


Seguro ya llegué muy tarde a este tema, pero me tocó y me tocó muy fuerte. Entre vetos, rumores y familia, casi no me entero de nada, sólo sé qué técnico dirige a qué equipo y que contra los pronósticos (literalmente) colidero temporalmente la quiniela de medios de Récord, empatado con Raúl Orvañanos y mediotiempo.com. Por todo esto, no había tenido la oportunidad de enterarme bien sobre la historia de Paul Potts.
Explicar quién es este inglesito que tiene mi edad (37) carita de menso y una cita pendiente con el ortodoncista, creo que está de más, porque creo que al día de hoy (31/oct/2007) yo era el único ser en la tierra que no le conocía la cara. Pasó que hoy cuando me convertí en el visitante número 243,168 de un video de Youtube donde está la primera audición de Paul, de no ser porque la niña de mis ojos le hizo al castor para construir un dique, habría entrado a la junta editorial de las cuatro y media con los ojos rojos como si el marido se me hubiera ido a la guerra.
No sé, ni entiendo un carajo de ópera, es más, escuchar a Domingo o Carreras o Pavarotti (por separado) nunca me había conmovido así. Ya sé que muchos dirán: "este wey ya está dándolas, de todo llora", pero creo fervientemente en que el arte se siente, te provoca, te mueve, no es necesario saber quién fue Giacomo Puccini para que te camine por dentro ese torrente que es la música.
Sólo porque por ahí habrá alguien que haya tenido un último mes más atareado que el mío, haré un resumen de 150 palabras de lo que sé de Paul Potts.
Un día se presentó como vendedor de celulares a las audiciones de una cosa llamada Britain's got talent y dijo que iba a cantar ópera. El cruel juez Simon Cowell (un ácido personaje que le dio rating a American Idol), Amanda Holden y Piers Morgan llenos de hartazgo e incredulidad se aprestaron a escucharlo, y de la boca de este güerito, gordo, no muy alto, medio "cabage patch" salió un fragmento de Nessum Dorma. A los tres escudriñantes jueces se les hicieron de yoyo los calzones (Amanda lloró), lo mismo que a 2 mil inglesitos en el auditorio Wales de Cardiff. Eso fue en marzo y en junio Potts ganó el concurso. Ahora ya grabó un disco bajo la tutoría de Simon (si por algo el changuito este gana 56 millones de libras esterlinas al año) y ya hasta vino a México a presentar su CD. Y yo casi chillo.
Ignoro si es la historia que lo rodea, incluso hay quien dice que era cachirul porque estudió canto y hasta había participado en puestas amateurs, lo que sé y me interesa es que este hombre con consistencia de panqué, que más parece oficial de una oficina de correos que voz del Belle Canto, tiene algo y creo que es algo grande.
Reto a los que ya no se conmueven con nada, Belmans y forenses del mundo que han perdido la humedad en los de ver, que le echen un vistazo a esto a ver qué sienten.
http://www.youtube.com/watch?v=sxOytYLlhiQ

08 octubre, 2007

La zorra de Fox

Leí esto en Reforma, a ver qué les parece:

Tres funcionarios trabajan para la Fundación Vamos México, pero cobran en la Presidencia de la República.

Se trata de Alfredo García Padilla Fernández, quien es director de la fundación que creó la ex Primera Dama Marta Sahagún; Alejandro Olalde López, coordinador de programas institucionales de Vamos México, y Tania Castillo, vocera de la institución.

García Padilla ingresó hace unas semanas a la nómina de la Presidencia y cada mes recibe 119 mil 670 pesos como "Director General de Apoyo al ex Presidente Fox".

Alejandro Olalde López, con cargo de "Subdirector de Área" en Los Pinos, es el coordinador de los programas especiales de Vamos México, según la página de internet del organismo, y reporta que su correo electrónico es: "olalde@vamosmexico.org.mx".

Para los que creen que los rateros sólo están en el PRD. No se necesita salir en un video con una maleta llena de dólares para ser un deshonesto. Y por cierto, ¿por qué permite esto Calderón?, o ¿nos va a salir ahora con un spot como el del gasolinazo diciendo que que él no fue?

Papito


¡Me encanta Miguel Bosé! No soy niña ni nada que se le parezca, pero Miguel Luchino Dominguín Bosé es algo que muchos se dicen hoy, pero que pocos lo son: un artista.
Para algunos, el que yo sea una persona que se autoproclama Generación Iron Maiden y que además confiese que este español nacido en Panamá hace 51 años me parece genial, puede ser contradictorio, pero para mí es de lo más natural.
No tuve ningún empacho en estar en la fila F asiento 1, junto a Cyn que estaba en el 2, del primer piso del Auditorio Nacional bailando al son de "Seré tu amante bandido, bandido, corazón , corazón malherido, me perderé en un momento contigo, auuuuuu por siempre, seré tu héroe de amor".
Hoy en día cualquier monito o hetaira que sale en la tele es distinguido por el populo con el apelativo de "artista" y los que de verdad lo son, parecen ya no caber en esa tan devaluada etiqueta. Decir que Timbiriche y Bosé son artistas, es como decir que una rata apachurrada enmedio de la carretera y un filete mignon entran en la categoría de manjar, cuando mucho son comida, una para paladares exigentes y la otra mejor, ya no digo.
Tolero los gustos musicales y en general la ideas ajenas, y no me meto con las creencias de la gente, con los únicos que me he metido es con Timbiriche y con el Flack, pero ellos son un caso aparte.
Volviendo al Papito, que ¡cómo jotea!, pero ¡cómo canta!, ¡cómo interpreta!, podría parecer a ojos de muchos que entra en la categoría de música pop-carne de cañón de los 40 Principales, pero su nivel es mucho más allá de eso.
Entre los gritos de unas 8 mil 900 féminas llenas de furor uterino ahogado en un grito cada vez que el Hijo de Dominguín plegaba la cintura o blandía la cadera, unos mil esposos, novios, fans, bailábamos al mismo tiempo, sin un dejo de envidia, celos o pudor por parecer menos hombres.
Una verdadera prueba para la misoginia es intentar resistirse a caer en manos de Bosé cuando
entona "Los Chicos no lloran" y fue precisamente en ese momento cuando me di cuenta, que como una viuda sin herencia, irremediablemente una canción sí y otra también, mis párpados contenían el desborde de su inundación.
Desde que nacieron mis chaparros hermosos, me he vuelto un chillón, un chillón contenido, pero un chillón. Cualquier escena cursi donde haya un niño o cualquier escena real de un niño sufriendo me conmueve y me hace tener que buscar un foco con la mirada para no tener que limpiar el líquido salado de mis mejillas.
Tengo corazón de pollo, pero muy, muy de pollo. Si hablo de Ari o Darío me quiebro, lo mismo de orgullo por decir que hacen algo bien, que de preocupación cuando hablo del esfuerzo que hacemos porque en casa todos lleguemos a charlar un día fluídamente.
Con Bosé no fue la excepción y desde "Morir de amor" hasta "Si tú no vuelves", pasando por "Amiga", "Linda" y "Te amaré" los ojos se me rozaron y eso que no soy muy dado a la solemnidad ni al sentimentalismo barato.
"Reivindico el espejismo, de intentar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada, que consiste en la certeza, de encontrar en tu mirada, la belleza"... Tssssssssssssssss, ahí con la letra de Aute, como si tuviera escarlatina toda mi piel se hizo de gallina, lo bueno es que para calmar un poco a mis incontinentes ojos, luego marché con "Partizano" y me convertí en Rafa Sánchez para hacer la segunda a Miguel en "Manos Vacías", porque modestia aparte mis agudos en "no acostumbro a perder, pero pierdo por placer, y es el juego el que me da la vida", son mejores incluso que los del cantante de La Unión.
Que El Ruso ya dirige el Nido, que no me dirige la palabra porque su papá no lo deja, ni que ocho cuartos, eso me tiene sin cuidado y hoy me dedico al Papote Bosé, al cual la palabra Papito ya expropié y la dejo en el aire para que un día me la diga Darío y ahora sí, con el perdón del Bandido los chicos sí lloren.