26 febrero, 2008

El Chacal de la Ruta 1


Cuando le estás ayudando a un amigo a mudarse de un departamento a otro, de repente en ese momento en el que el cuerpo pide suelo, las orejas música y el gañote una Noche Buena, suelen surgir pensamientos descabellados.

- "Si fueras un asesino serial, ¿quiénes serían tus víctimas?". Preguntó Simón mientras ponía a los Yarbirds en la grabadora de las Bratz, que llena de yeso, nos prestó la pequeña Migüi para hacer menos tediosa la labor.

- "Mmmmm, yo creo que sería asesino serial de microbuseros", contesté sin pensarlo mucho, como quien recita la tabla del dos.

- "Pues sí, está bueno, imaginar cómo irlos matando sería para una película", aprobó mi amigo y compadre.

A pesar de que a los Yarbirds dieron paso a las Good Vibrations de los Beach Boys, me quedé clavado en volverme una especie de Charles Bronson contra la plaga de la Ruta 1.

Obviamente no llevé la sangre al río, pero sí gocé viéndome en el último asiento del Casa Van, de mínimos espacios, pasillo de lámina, tubos desvencijados. Iba con las manos en las bolsas de la sudadera GAP negra con gorra, mis Levis 501 y mis Nike negros. En la mano derecha el verduguillo afilado con mango de cinta de aislar y la mirada puesta en la desierta base "Salto del Agua", donde ya sólo quedaban los tambos vacíos con que los parias apartan media calle e impiden el libre paso de los autos en los dos sentidos de circulación.

- "Hasta aquí llega", grita el guarro del volante y apenas voltea la cabeza hacia el retrovisor de medio metro y le alcanzo a ver los falsos Oakley, más bien Chokleys, y me incorporo para bajar por la puerta de adelante.

- "¿Me abre la puerta de adelante, por favor, y me deja en la esquina?", suelto con amabilidad al dignísimo representante de los bípedos que no juntaron los suficientes puntos para alcanzar un paso en la evolución. Mi suave pregunta es un balón botando en el área para el chofer, que en ese momento se siente superior y aprovecha para mostrar algo de su repertorio maltrata-paisanos.

- "La bajada es por atrás y ya le dije que hasta aquí llega".

- "¡Hasta aquí llegaste tú, carnal!".

El verduguillo hace su trabajo y la primera de decenas de depuraciones del parque vehícular tiene lugar con precisión quirúrgica. Sobre la marimba caen dos chisguetes de plasma, uno por tajo. Siempre quise hacer lo de Cruz de Navajas como lo cantaba la Torroja. Chilla como marrano, no podía ser de otra forma, pero de un jalón deposito su adiposa humanidad en uno de esos asientos donde no cabe ni un niño de kinder y le subo a la K Buena para que en sus últimos momentos, la tortura sea más insoportable, y su agonía un infierno sin poder dejar de escuchar al "Panda Zambrano".

Para dejar el sello de autor, marca registrada de todo asesino serial, dejo una tarjeta del Metrobús en la boca del primate motorizado, para luego descender por adelante, mientras el charco de sangre lo hace por atrás, como lo indicó mi primer cliente.

Los titulares de Metro y El Gráfico ya me identifican como el Matamicrobuseros o el Chacal de la Ruta 1. Setravi se apresta a hacer un busto de mi persona, pero primero tienen que agarrarme. Por ahí surge un vulgar copycat, pero a lo más que llega es a despellejar a dos cacharpos y lo agarran porque, sin la más mínima elegancia, se llevaba el dinero de la cuenta.

Empiezan a vender calcomanías de "Yo soy el Chacal", y tras el homicidio 45, Goyo Cárdenas, la Mataviejitas y el Sádico, ya son personajes de Pixar junto a mí. Nunca me atraparán, además nadie quiere que me detengan, desde que inicié, los microbuseros más bestias han sido exterminados uno a uno, y los que quedan han empezado a portarse como choferes del trenecito de Chapultepec...

Desafortunadamente es hora de cargar más cajas llenas de los juguetes que colecciona el Simón y mi fantasía termina ahí, y ya Heart of Gold, de Neil Young es la rola que nos acompaña a bajar los cuatro pisos de su nuevo "chante" en Alhambra y Popo.

En realidad no se matar ni al tiempo, pero por unos instantes proyecté el sueño de muchos chilangos, que padecemos ese cochambre del asfalto. ¿Y tú qué tipo de asesino serial serías?

12 febrero, 2008

Las mujeres son como los coches

Las mujeres son como los coches. Te traen, te llevan, te dejan tirado, te dan un aventón, te pueden llevar a un viaje fantástico, placentero, excitante o te pueden dejar atropellado o hasta matarte.

Un hombre sin mujer es como un hombre sin coche, de vez en cuando alquila uno o paga por una dejada. A veces mejor anda a pie, tranquilo sin problemas.

Hay quienes cambian de carro como de mujer, muy seguido, lo cual es muy entretenido, pero caro. Otros simplemente se suben al carro que les ofrece un "ride", disfrutan el paseo, se bajan y siguen su camino.

Contrario a los coches, los cuales nosotros guiamos, las mujeres normalmente llevan el volante, así se sienten cómodas y en ese caso serían como el Auto Increíble, te sientas y te dejas llevar, pero otras gustan de ser pasajeras nada más, y a la larga se termina por cambiar de modelo por el hastío.

Otros preferimos los clásicos, esos que no pasan de moda. Esos hermosos vehículos en los que no es tan importante la velocidad sino la confianza en que jamás te dejarán a la orilla de la carretera. Siempre te llevarán a casa, y conducirlos siempre es algo más que el burdo acto de meter velocidades y acelerar. Es una sinfonía de cambios suaves, armónicos con un ronrroneo de motor que arrulla y encanta.

Esta disertación inicial sólo esconde mi verdadero y oscuro propósito que es hacer un texto donde comparo a las mujeres con los coches, pero de una manera, que intuyo, a algunas les parecerá machista, misógina y de mal gusto, pero también como son tan pocas mujeres las que alguna vez han leído lo que escribo en este blog, que creo que no habrá comentarios de reproche, al contrario, me conformo con que caigan por ahí los de mis tres lectores de siempre (Inphi, Old Rat, Truck) y de los tres ocasionales (Bri, Simón, Mac) y de los dos o tres perdidos que a veces, muy de vez en cuando asoman la nariz por acá.

En fin, mi comparación va por el lado de poner el nombre de una mujer y decir, en caso de que fuera un auto, qué auto sería. Esto ya lo he hecho al vuelo, en pláticas de redacción y resulta revelador.

Por ejemplo, fácilmente podemos decir que una señora como Elba Esther Gordillo, si fuera un coche sería un horrendo y customizado Valiant, mal hojalateado, pero lleno de feos y caros adornos, estacionado en una gran mansión de Neza.

Feo ejemplo, pero sirve, pero mejor vamos (digo vamos porque pedí apoyo vía un sondeo con algunos amigos) con mujeres que se pueden comparar con carrazos, que es algo más edificante.

Mi buen Truck me decía que para él, Jennifer Aniston es la mujer más hermosa del mundo (claro, después de Katya su esposa), y para mí la ex Friends es como un hermoso Bentley, de línea clásica, sin un detalle de más, un clásico que se disfruta verlo llegar y más verlo alejarse.
Alguién más me dijo que Megan Fox, y efectivamente es espectacular, pero como lo puede ser un Lamborghini Murciélago que te puede llevar de 0 a 100 en seis segundos. Una peligrosa máquina que no cualquiera maneja y que cuando arranca es imposible no voltear a verla.

Mi estimado Carrillo (otro que primero mencionó a su chava, la gran Mara) propuso a Dolores O' Riordan, y pues muy sus gustos, pero yo la veo como un modelo extraño, raro. No encontré ninguna marca irlandesa de autos (los únicos coches de fabricación irlandesa eran los coches bomba de ERI), así que escogí un Chevrolet El Camino, que personalmente no me gusta, pero que se debe reconocer su presencia y que enloquece a algunos coleccionistas y conocedores.

Así nos podemos seguir horas, pero LA MUJER, por votación casi unánime es Monica Belluci.
Esta diosa italiana es la expresión máxima de la industria automotriz, es la más bella máquina que haya conducido el hombre, es la línea perfecta, el color excitante, el poder absoluto, la leyenda mágica, precioso e irresistible diseño, sus rivales la saben mejor y no tratan de imitarla, se conforman con ser su séquito. Su aerodinámica es natural y bestial, el aire le pasa cerca para rozar su chasis y hacerla más perfecta: Mónica es un Fórmula Uno, pero no cualquier Fórmula Uno, Mónica es un Ferrari.