19 marzo, 2009

Monsieur Madrid


Cuando éramos más jóvenes cantábamos en corro ".. aquí se queda la clara, la entrañable transparencia de tu querida presencia", aullábamos "Sin tu latido" y regurgitábamos "Princesa". Brindábamos porque el pasado no existe y el futuro es una mierda. El ron era agua de uso, la cerveza para lavar las tripas y los pitillos los segunderos que se consumían uno tras otro, hasta que, en esa hora maldita, nos cruzábamos con el trabajador en la calle.
Dábamos de beber a los dioses para evitar el gafe. Teníamos algo que llorar, algo que reír, pero sobre todo mucho que cantar. De Diagonal de San Antonio a Atocha, pasando por Reina, Cerro San Andrés y Cuauhtémoc, el gañote se secaba despellejando a los cretinos, aplaudiendo a los valientes y entonando a los maestros, pero se bañaba en nombre de la familia que se escoge, de los camaradas por los que la vida va en prenda a cada paso.
Seguimos la ruta del dolor de Asha a la Camerata. El polaco pedía que se tomaran las medidas, la rat peinaba su gigantesco copete y ella, siempre fiel, nos cuidaba. El casero apareció y enloqueció por las paredes pinchadas, pero eso poco nos importó, apenas bajamos del Renfe la Casa de Campo nos vio hacer el dominó humano, levantar el puño izquierdo frente a Anguita y recibir la crónica de Rubén de aquél beso entre dos amigas que empezó en la frente y terminó en el ombligo.
El discípulo de Morin, el mejor de todos, hizo de aquel 97 el año de Madrid. Lloramos toda la noche antes de abordar el KLM, lo que hoy vino a mi mente de nuevo al escuchar a Rodolfo llamar "Monsieur Madrid" a Joaquín en pleno recital en el Palacio de los Congresos, pero por esta vez me va a perdonar, porque el único y auténtico "Monsieur Madrid", sabe a mota.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi estimado Toñisme, sé que lo he dicho en posts anteriores, pero resulta que ahora mi favorito es éste. Por alguna razón que me atrapó, también el 97 fue un año en que sentí que cambiaba de estación, de edad, de fase y de época.

Debes el de Maiden.

Chanfle II dijo...

A mí no me laten los posts en que no entiendo más de la mitad... pero bueno, es también parte del chiste del bloggisme: evocar sin explicar.

¡Viva la peda! ¡Viva la peda callejera!