26 febrero, 2008

El Chacal de la Ruta 1


Cuando le estás ayudando a un amigo a mudarse de un departamento a otro, de repente en ese momento en el que el cuerpo pide suelo, las orejas música y el gañote una Noche Buena, suelen surgir pensamientos descabellados.

- "Si fueras un asesino serial, ¿quiénes serían tus víctimas?". Preguntó Simón mientras ponía a los Yarbirds en la grabadora de las Bratz, que llena de yeso, nos prestó la pequeña Migüi para hacer menos tediosa la labor.

- "Mmmmm, yo creo que sería asesino serial de microbuseros", contesté sin pensarlo mucho, como quien recita la tabla del dos.

- "Pues sí, está bueno, imaginar cómo irlos matando sería para una película", aprobó mi amigo y compadre.

A pesar de que a los Yarbirds dieron paso a las Good Vibrations de los Beach Boys, me quedé clavado en volverme una especie de Charles Bronson contra la plaga de la Ruta 1.

Obviamente no llevé la sangre al río, pero sí gocé viéndome en el último asiento del Casa Van, de mínimos espacios, pasillo de lámina, tubos desvencijados. Iba con las manos en las bolsas de la sudadera GAP negra con gorra, mis Levis 501 y mis Nike negros. En la mano derecha el verduguillo afilado con mango de cinta de aislar y la mirada puesta en la desierta base "Salto del Agua", donde ya sólo quedaban los tambos vacíos con que los parias apartan media calle e impiden el libre paso de los autos en los dos sentidos de circulación.

- "Hasta aquí llega", grita el guarro del volante y apenas voltea la cabeza hacia el retrovisor de medio metro y le alcanzo a ver los falsos Oakley, más bien Chokleys, y me incorporo para bajar por la puerta de adelante.

- "¿Me abre la puerta de adelante, por favor, y me deja en la esquina?", suelto con amabilidad al dignísimo representante de los bípedos que no juntaron los suficientes puntos para alcanzar un paso en la evolución. Mi suave pregunta es un balón botando en el área para el chofer, que en ese momento se siente superior y aprovecha para mostrar algo de su repertorio maltrata-paisanos.

- "La bajada es por atrás y ya le dije que hasta aquí llega".

- "¡Hasta aquí llegaste tú, carnal!".

El verduguillo hace su trabajo y la primera de decenas de depuraciones del parque vehícular tiene lugar con precisión quirúrgica. Sobre la marimba caen dos chisguetes de plasma, uno por tajo. Siempre quise hacer lo de Cruz de Navajas como lo cantaba la Torroja. Chilla como marrano, no podía ser de otra forma, pero de un jalón deposito su adiposa humanidad en uno de esos asientos donde no cabe ni un niño de kinder y le subo a la K Buena para que en sus últimos momentos, la tortura sea más insoportable, y su agonía un infierno sin poder dejar de escuchar al "Panda Zambrano".

Para dejar el sello de autor, marca registrada de todo asesino serial, dejo una tarjeta del Metrobús en la boca del primate motorizado, para luego descender por adelante, mientras el charco de sangre lo hace por atrás, como lo indicó mi primer cliente.

Los titulares de Metro y El Gráfico ya me identifican como el Matamicrobuseros o el Chacal de la Ruta 1. Setravi se apresta a hacer un busto de mi persona, pero primero tienen que agarrarme. Por ahí surge un vulgar copycat, pero a lo más que llega es a despellejar a dos cacharpos y lo agarran porque, sin la más mínima elegancia, se llevaba el dinero de la cuenta.

Empiezan a vender calcomanías de "Yo soy el Chacal", y tras el homicidio 45, Goyo Cárdenas, la Mataviejitas y el Sádico, ya son personajes de Pixar junto a mí. Nunca me atraparán, además nadie quiere que me detengan, desde que inicié, los microbuseros más bestias han sido exterminados uno a uno, y los que quedan han empezado a portarse como choferes del trenecito de Chapultepec...

Desafortunadamente es hora de cargar más cajas llenas de los juguetes que colecciona el Simón y mi fantasía termina ahí, y ya Heart of Gold, de Neil Young es la rola que nos acompaña a bajar los cuatro pisos de su nuevo "chante" en Alhambra y Popo.

En realidad no se matar ni al tiempo, pero por unos instantes proyecté el sueño de muchos chilangos, que padecemos ese cochambre del asfalto. ¿Y tú qué tipo de asesino serial serías?

12 febrero, 2008

Las mujeres son como los coches

Las mujeres son como los coches. Te traen, te llevan, te dejan tirado, te dan un aventón, te pueden llevar a un viaje fantástico, placentero, excitante o te pueden dejar atropellado o hasta matarte.

Un hombre sin mujer es como un hombre sin coche, de vez en cuando alquila uno o paga por una dejada. A veces mejor anda a pie, tranquilo sin problemas.

Hay quienes cambian de carro como de mujer, muy seguido, lo cual es muy entretenido, pero caro. Otros simplemente se suben al carro que les ofrece un "ride", disfrutan el paseo, se bajan y siguen su camino.

Contrario a los coches, los cuales nosotros guiamos, las mujeres normalmente llevan el volante, así se sienten cómodas y en ese caso serían como el Auto Increíble, te sientas y te dejas llevar, pero otras gustan de ser pasajeras nada más, y a la larga se termina por cambiar de modelo por el hastío.

Otros preferimos los clásicos, esos que no pasan de moda. Esos hermosos vehículos en los que no es tan importante la velocidad sino la confianza en que jamás te dejarán a la orilla de la carretera. Siempre te llevarán a casa, y conducirlos siempre es algo más que el burdo acto de meter velocidades y acelerar. Es una sinfonía de cambios suaves, armónicos con un ronrroneo de motor que arrulla y encanta.

Esta disertación inicial sólo esconde mi verdadero y oscuro propósito que es hacer un texto donde comparo a las mujeres con los coches, pero de una manera, que intuyo, a algunas les parecerá machista, misógina y de mal gusto, pero también como son tan pocas mujeres las que alguna vez han leído lo que escribo en este blog, que creo que no habrá comentarios de reproche, al contrario, me conformo con que caigan por ahí los de mis tres lectores de siempre (Inphi, Old Rat, Truck) y de los tres ocasionales (Bri, Simón, Mac) y de los dos o tres perdidos que a veces, muy de vez en cuando asoman la nariz por acá.

En fin, mi comparación va por el lado de poner el nombre de una mujer y decir, en caso de que fuera un auto, qué auto sería. Esto ya lo he hecho al vuelo, en pláticas de redacción y resulta revelador.

Por ejemplo, fácilmente podemos decir que una señora como Elba Esther Gordillo, si fuera un coche sería un horrendo y customizado Valiant, mal hojalateado, pero lleno de feos y caros adornos, estacionado en una gran mansión de Neza.

Feo ejemplo, pero sirve, pero mejor vamos (digo vamos porque pedí apoyo vía un sondeo con algunos amigos) con mujeres que se pueden comparar con carrazos, que es algo más edificante.

Mi buen Truck me decía que para él, Jennifer Aniston es la mujer más hermosa del mundo (claro, después de Katya su esposa), y para mí la ex Friends es como un hermoso Bentley, de línea clásica, sin un detalle de más, un clásico que se disfruta verlo llegar y más verlo alejarse.
Alguién más me dijo que Megan Fox, y efectivamente es espectacular, pero como lo puede ser un Lamborghini Murciélago que te puede llevar de 0 a 100 en seis segundos. Una peligrosa máquina que no cualquiera maneja y que cuando arranca es imposible no voltear a verla.

Mi estimado Carrillo (otro que primero mencionó a su chava, la gran Mara) propuso a Dolores O' Riordan, y pues muy sus gustos, pero yo la veo como un modelo extraño, raro. No encontré ninguna marca irlandesa de autos (los únicos coches de fabricación irlandesa eran los coches bomba de ERI), así que escogí un Chevrolet El Camino, que personalmente no me gusta, pero que se debe reconocer su presencia y que enloquece a algunos coleccionistas y conocedores.

Así nos podemos seguir horas, pero LA MUJER, por votación casi unánime es Monica Belluci.
Esta diosa italiana es la expresión máxima de la industria automotriz, es la más bella máquina que haya conducido el hombre, es la línea perfecta, el color excitante, el poder absoluto, la leyenda mágica, precioso e irresistible diseño, sus rivales la saben mejor y no tratan de imitarla, se conforman con ser su séquito. Su aerodinámica es natural y bestial, el aire le pasa cerca para rozar su chasis y hacerla más perfecta: Mónica es un Fórmula Uno, pero no cualquier Fórmula Uno, Mónica es un Ferrari.

22 enero, 2008

Bestiario Blanco




Hay personas a las que definitivamente eso de hablar, escribir o desenvolverse en sociedad no se les da, son maderas que no agarran el barniz, diría por ahí mi estimado Padi.
El buen Cuauhtémoc Blanco es una de ellas, y no les estoy diciendo nada nuevo, pero sí algo que vino a mi mente, después de que otra vez se volvió combustible de las notas que prenden Ventaneando, la Oreja y todo medio, porque desafortunadamente ya nadie deja de publicar esas cosas.
Ahora al buen Temo le dio por ir a dejar a su casa a una hetaira de baja calaña y tatuaje del ombligo al pubis, y la muy móndriga le puso un cuatro más grande que el llevan en el uniforme Reed Richards y la Mujer Invisible. Total, para qué seguir haciendo leña del árbol caído, pero sí me vinieron a la mente una serie de anécdotas de mi buen Temo, que lo describen como el ser puro (no por que sea como la Madre Teresa, sino porque su naturaleza siempre está presente y él no sabe ser otra persona que Cuauhtémoc Blanco. Sólo tiene dos facetas: una dentro y otra fuera de la cancha, nada más).
Normalmente, todos tenemos distintas maneras de ser dependiendo de muchos factores: que estemos haciendo, con quién, a qué hora, qué nos tomamos, qué comimos, qué leímos, cuánto dormimos, qué música oímos, qué temporada del año sea, si echamos pasión, etc, y eso nos hace como un diamantito con mil facetas, pero Temo es como un vidrio de dos lados, nada más.
Las historias que me sé del que dentro de la cancha es un genio, no lo dejan muy bien parado, pero no las escribo por joder, sino porque lo retratan mejor que una Cannon y la neta están súper cotorreables.
Como ya tocamos el tema de la leña, empezaré con una famosa. Érase una vez Temo enmedio del chacaleo de grabadoras en el Nido de Coapa, y uno de esos tinterillos le trajo a colación un tema polémico, tipo el golpe que le dio a Faitelson o algo así, a lo que el ídolo de Tlatilco contestó suplicante: "Amigo, por favor no le eches más leña a los lobos"... ¡WOW! Este filósofo del balón nos quiso decir algo tan profundo que me perdí en la primera curva o de plano es discípulo del Chapulín Colorado.
Va otra, (insisto no son exclusivas ni estoy descubriendo el hilo negro, pero se me antojó escribirlo). Estaba Temo un día rascándose sus "desos" fuera del entrenamiento águila y cuentan (esto me lo corrió mi amiga Ale Benítez) que se refirió a unas personas que no eran de su agrado, y lapidario soltó: "esos tres son un par de vividores", claro Temo, un vividor no llega a ser una persona completa, si acaso, si juntas tres armas un "parsito" porque no son tan humanos como el resto.
Una más, conocido fue el caso de la bronca entre Israel "Tochiro" López con el Temo. Mucha saliva gastaron estos pamboleros en agredirse y Blanco selló el tema argumentando la falta de estatura moral de su contrincante, o algo así, supongo quiso decir: "Ése es un enano de dos metros y medio"... Plop, Atiza, Reflauta... Lo que Temo quiso decir, es que la grandeza no se mide en centímetros y se puede ser un enano aunque se mida más que el Shaq, aunque en este caso su rival mide cuando mucho 1.60.
La última y nos vamos. Dicen por ahí que Temo, como buen líder, al mediotiempo de un importante partido que América perdía, quiso motivar al grupo y ubicarlo, por lo que se levantó de su lugar en el vestidor, caminó al pizarrón blanco del técnico y enérgicamente trazó con un plumón una gran letra "U". Ante la admiración de sus compañeros de equipo, abrió la boca para decir: "¿Saben qué fue lo que nos hizo falta?, ¿saben qué necesitamos?", esperó y tras una pausa trazó de nuevo la "U" y dijo: "UUUUUUmildad"... (Zas, sin palabras). Temo mejor sigue jugando futbol, que lo haces como nadie.

21 enero, 2008

Y sí... perdimos

La boca queda seca y entre el pecho y la espalda se arrastra ese animal llamado derrota. No hay derrotas dulces, sólo derrotas. Perder es perder y punto.

14 enero, 2008

Para que los Chargers le ganen a los Patriotas...

Necesitamos:
- Contratar a un conejo, hábil maestro del dos de bastos y uña profesional que hurte la sudadera mugrosa de Bill Belichick, para que se sienta sin su karma ganador y llegue lleno de inseguridad.

o

- Que llegue Diego Schoening con su caravana de Ace a casa de Belichick y convenza a su señora para que le deje lavar el trapo de la suerte y se despedace al contacto con el detergente.

o

- Que le paguemos a Giselle Bundchen para que seque a Tom Brady. Que se lo lleve a Los Cabos y no lo suelte hasta que se le hagan las piernas de hilacho.

o

- Que un antropólogo le encuentre un pariente regio a Randy Moss y eso lo haga inmediatamente un loser deportivo y que hasta le regalen su playera de Tigres o Rayados para que nunca vuelva a cachar un balón.

o

- Que Billy Álvarez sea nombrado de manera interina presidente de los Pats, sólo por este domingo. La vibra del cementero los llevará al fracaso irremediablemente.

o

- Que Javier Saavedra sea habilitado como esquinero en lugar de Asante Samuel, por lo que la maldición del pierde finales hará su efecto inmediato, sin dejar de lado que Vicent Jackson lo hará pomada en cuanto pase llegue por su lado.

o

- Que haya Luna Llena y Randy Moss organice una lunada con cannabis (que casi no le gusta) y que bien pacheco haga sus trayectorias, por las que seguro empiece en el Gillete Stadium y termine en el parque de los Medias Rojas solito aullándole a la de queso.


Todas estas opciones juntas o por separado serán enviadas a Norv Turner para su estudio, peero si a alguien se le ocurre algo mejor, hágalo saber a este blog al servicio de la comunidad.

13 enero, 2008

Y sí... ganamos

Ganamos porque Philip Rivers se portó como hombre por primera vez en cuatro años; porque con todo el backfield suplente, Volek se amarró un par de huevitos; porque Michael Turner sería titular en muchos equipos de la NFL; porque Andrew Pinnock se creyó Mike Alstott; porque aunque nunca le llegamos a Peyton Manning y lanzó a placer, nos tiene más miedo que un perro a un periodicazo, porque en su casa el lechero llegaba, se daba gusto con su mamá mientras don Archie andaba tratando de hacer que los Santos jugaran decentemente, y además dicho repartidor portaba un jersey con unos rayos y el apellido Fouts en la espalda. Somos más padres de los Manning que el mismo Archie.
Lo dije, podemos ganar, pero, ¿contra los Patriotas? También se puede, es más difícil porque el papá de Tom Brady se aseguró de que no cayera el sancho sandieguino en su casa y ese equipo está muy, muy cabrón, pero vamos a darnos el gusto de jugar ese partidito, al fin y al cabo para muchos estábamos muertos desde el 13 de enero.
He dicho.

08 enero, 2008

Ganarán mis Chargers

Sólo para que quede por escrito: San Diego le puede ganar a Indianápolis.
Si lo hace, no será por Norv Turner que llama jugadas de hace 15 años a la ofensiva, que funcionaban con Emmitt y Aikman y la gran línea ofensiva de los Vaqueros, pero que ahora todo mundo se sabe y sobe todo no tiene al gran Aikman.
Tampoco lo hará por Philip Rivers, que lanza como zurdo con polio, porque todos los equipos juegan a poner una caja de 10 defensivos esperando a LT, y obvio, le apuestan a que el dizque QB lance y la defeque, como eventualmente pasa. He contado más de 20 pases pantalla que han dado en la espalda, nuca, casco de LT, gracias a este manco con protesis. Me puede decir alguien, ¿qué habría sido de Marshall Faulk, Walter Payton, Emmitt o Barry Sanders si su quarterback tuviera una incapacidad genética para completar un pase pantalla? Pues le pasaría lo que LT, lo estarían esperando 10 caníbales para arrancarle la cabeza, porque además su coach tiene un playbook que provoca una ofensiva sin creatividad.
Si los Chargers ganan, ganarán porque los Manning son más hijos de los Chargers que de Archie Manning, porque Peyton ve el rayito amarillo y se caga, porque Shaun Phillips es grande, más grande que Merriman.
Ganarán porque la defensa y los equipos especiales salgan drogados (a veces sí lo han hecho, pero ya los castigaron) y porque Gates, Chambers, Jackson y LT eclipsen al peor QB de la Liga.
He dicho.

PD: Sí Luis, Terrell Davis también fue grande pero tiene rato sentado en un asilo y ahora no estamos hablando de eso.

02 enero, 2008

Como un post

Últimamente como que todo el mundo como que no deja de usar la palabra "como". Estoy como mal en eso de que como todo el mundo, pero como que los oigo, como por todos lados. Me parece como una falta como terrible de como de falta de vocabulario, pero como que también me puso como a pensar.
¿Cómo de dónde salen las como muletillas y cómo se como riegan y expanden entre la como descerebrización como nice, como fresa, como naca y como de todos?
El como dichoso como se lo oyes a todo como tipo de como personas, pero he como notado que como que sienten que eso les da como caché o como que se oye como padre y como culto, no sé, es como mi percepción.
Si dices que algo es como algo, es decir que no lo es, pero como ahora lo usan como un como conectivo extra, que como que ni une, pero como que confunde.
Es como el famoso demasiado, que es como mal empleado últimamente por tod aquel que como que se siente como muy propio para hablar y pasar saliva.
El "demasiado", yo como que lo entiendo como que mucho pero como para mal, si tienes como que mucho de algo que no quieres como tener es demasiado, pero hay quien dice estoy demasiado feliz, como que carajo, sería una bella figura retórica estar tan como feliz como ya no es soportable serlo, pero no lo usan así.
También es como el "te lo prometo", como que también es como mal empleado por mucho prófugo de la escolarización. "Te lo prometo que yo no fui", como que carajo otra vez, cuando prometes es porque te comprometes a hacer algo, no te puedes referir a algo que como que ya pasó, dices "te juro que yo no fui".
Pero bueno, no digamos de las como viejas que se como güeyean a la menor provocación, es decir que se dicen "no güey, fuiste tú güey", otra vez como que carajo, un güey es como un macho, no puede ser una mujer, una como mujer es un como hembra, sería en todo caso, una como vaca ¿no?
No quiero ser un como insufrible, como Greco Morfemo, pero, ¿no tengo como razón en esta como disertación tan como inútil?

11 noviembre, 2007

Soda en La Ciudad de la Furia

Gustavo, Charlie, Zeta y yo teníamos una cita en Buenos Aires el pasado 19 de octubre, pero les quedé mal. Ante tal falta de formalidad de mi parte (también estaban Simón, Alex y Belman anotados en la reservación, pero igual se pandearon por distintas causas) reagendé la reunión para el 9 de noviembre en Monterrey.
Eso de que al mismo tiempo haya sido la junta anual de Récord ahí mismo, fue una mera casualidad (sí cómo no).
El chiste es que mientras se desarrollaba la junta el jueves, yo daba gracias a los dioses por haber dado a Pablo la genial idea de conseguir boletos para todos y me imaginaba en el Universitario, sin habla ante tal espectáculo.
El viernes me desperté ilusionado como niño que espera la Navidad, pero primero había que entrarle a más junta hasta las 7 de la noche. Ni hablar, me levanté a las 7:30 y a las 8:10 ya estaba en el lobby del Radisson Casa Grande esperando a salir en una de las dos mega camionetas Van que el buen "Pebbles" rentó para movernos a los 25 convidados a la tertulia de planeación.
La primera embarcación salió sin mí rumbo al restaurante donde desayunaríamos, pero en la segunda me trepé y como un presagio de cómo quería terminar el día me fui hasta atrás. Como Mario y Alejandro Jiménez no bajaron a tiempo, apenas pusieron un pie en el estribo Caro y Dórica (a las que por nada del mundo dejaríamos) Pablo se arrancó sobre la avenida Lázaro Cárdenas. Éramos 11 desmañanados y la ruta indicaba que había que dar vuelta en "U" en el retorno de la esquina con Diego Rivera. Nuestro conductor así lo hizo, pero en eso empezamos a escuchar un "taca-taca-taca-taca-taca" que retumbaba en el ambiente.
Mi primer pensamiento fue "¿qué le pasa al coche, qué pisamos o qué? Pero no pisamos nada el ruido llevó nuestras miradas a la esquina de enfrente, a unos 15 metros de distancia, donde un auto blanco vibraba y ronroneaba. El ronroneo no era precisamente de gusto, sino porque desde una Cherokee un amigo empuñaba una metralleta AK47 y disparaba a un Charger 2008.
Otro trabajador del terror bien uniformadito con gorra, lentes oscuros y comando negro, no quiso quedarse sentado y con una AR15 caminó sobre el lado derecho del coche para rociar unas ráfagas.
Pablo no dejó de avanzar y el espectáculo cada vez quedaba más cerca para nosotros. Erika en la segunda fila de asientos, prudentemente pero llena de pánico, gritó "¡Dale Pablo, dale!", y Pablo le dio para avanzar pero eso significaba estar cada vez más en dirección de los 90 balazos percutidos. Calculo que estuvimos en algún momento a menos de 10 metros de los trancazos.
Daniel y yo como estatuas de terracota, no sé si movidos por el morbo o paralizados por el show, no dejábamos de movernos para no perder detalle desde la ventana trasera en la fila 5 del coche. Lety, en la tercera fila de asientos, nos volvió a la realidad con un "¡Agáchense!" y en eso me viré para ver en el interior del coche y los únicos que asomábamos la cabeza éramos Daniel y yo, aunque Edú tuvo la delicadeza antes de tratar de esconderse, de colgar la llamada telefónica que sostenía con su esposa con un gratificante mensaje de: "tengo que colgar porque aquí hay una balacera".
Alcancé a ver cómo Arantza abrazaba frenética a Dórica, cómo Caro se confundía con el tapete del carro, cómo Erica gritaba como desaforada, cómo Mariana en pleno contorsionismo se metía abajo de la fila 3, cómo Vera y sus 130 kilos se esfumaron sin dejar rastro, y en eso, me dispuse a guardarme yo también en el piso.
Antes de hacerlo todavía eché un ojo al Charger blanco cuyos vidrios se llenaban de hoyos, mientras los agresores, que parecían más de dos, se contorsionaban al ritmo de la trompetilla que expelian sus armas.
Ahí, por mi cabeza pasó "una bala perdida", y no es que como a Colosio me pasara un plomazo por el coco, sino que pensé: "¿y si nos da una bala perdida?" y me tendí en el costado derecho de la Van, pero no pasó ni un nanosegundo antes de que volviera a pensar: "pero si las balas de ese calibre atraviesan el metal, de cualquier forma no estoy seguro aquí", así que me incorporé para ver en qué iba el baño de bala.
Al asomarme vi cómo un sujeto de mezclilla y playera blanca con una metralleta más corta en la mano se subía a un Cavalier y viraba hacia donde circulábamos nosotros, por lo que lleno de prudencia y serenidad dije: "¡Ahí vienen!", lo cual provocó que la histeria en la Van estallara en lágrimas de las ahí presentes y hasta un ligero ataque de Erika que tuvo que ser apagado con unas cachetadas de Edú.
Finalmente nos alejamos del tiroteo y el Cavalier dio vuelta a la derecha, pero a los dos minutos me empezó a caer el veinte de lo que había pasado. En el momento no tuve miedo, nada, estaba absorto por el espectáculo y no reaccioné, pero una vez en el restaurante, contando a nuestros otros compañeros la odisea, me empezó a dar un dolor muy agudo en el costado derecho, abajo de las costillas.
Los calzones entonces se me hicieron de yoyo y me dio un miedo espantoso, mi respiración era agitada como si hubiera corrido el 10K de Nike sin entrenar (así lo hacen casi todos) y aprendí algo: el miedo duele y yo lo tengo ubicado en el costado derecho, abajo de las costillas.
Llamé a casa, me sentía un Millón de Años Luz, en la Ciudad de la Furia, mientras los Prófugos, como si nada, seguramente ahora desyunaban con la tranquilidad de quien ha cumplido cabalmente su chamba, al fin, no era nada personal.
Morris y Brenda, quienes llegaron al desayuno 5 minutos después en el carro de Paty entraron al buffet de comida mexicana impactadas.
Si nosotros habíamos sido casi parte del grupo de asalto, a ellas les había tocado ser del forense. Una como Quincy y la otra como CSI pasaron segundos después de que el conductor del Charger, Ernesto de Jesús Martínez todavía quiso arrancar el carro para evitar más balazos y se estrelló contra un camión de transporte público al otro lado de la calle donde los dejamos nosotros.
Cuando la Morris y Brenda pasaron, Martínez expulsaba bocanadas de sangre con la cabeza hacia atrás del respaldo del coche, mientras Juan José Rojas, lleno de sangre, pero sin balas en el cuerpo sentado en el asiento del copiloto esperaba que alguien llegara a ayudarlo y al mismo tiempo se quitaba de encima las bolsas de aire del coche.
La visita a Monterrey terminó siendo como un bonito tour turístico por la Chicago de 1930 que dominaba Al Capone y combatía Elliot Ness.
Cada uno teníamos nuestra versión y la apocalíptica anécdota nos acompañó todo el día, no hablábamos de otra cosa, hasta que llegó la hora de ver a Gustavo, Charlie y Zeta, porque en ese momento nos fuimos al Uni a ver cómo empezaba la gira mexicana del "Me verás volver".
Las Imágenes retro de lo sucedido se mezclaron con todas las rolas, mi garganta terminó supurando como si un gato se hubiera metido de reversa en ella, y de vez en cuando desde ahí recordaba lo que había visto en las noticias en la tarde, que el agredido era un zar de los casinos y que el muertito era su chofer, de quien me acordé en Fue y No existes, parece de mal gusto, pero todo lo relacioné con la ejecución, pero a pesar de todo la ejecución que más valió la pena fue la de mis amigos argentinos en el escenario.
Espero que la próxima junta de planeación en un lugar más seguro y traquilo como Bagdad, Kabul o Gaza, para no tener que ver Lo que sangra.

31 octubre, 2007

Para llorar


Seguro ya llegué muy tarde a este tema, pero me tocó y me tocó muy fuerte. Entre vetos, rumores y familia, casi no me entero de nada, sólo sé qué técnico dirige a qué equipo y que contra los pronósticos (literalmente) colidero temporalmente la quiniela de medios de Récord, empatado con Raúl Orvañanos y mediotiempo.com. Por todo esto, no había tenido la oportunidad de enterarme bien sobre la historia de Paul Potts.
Explicar quién es este inglesito que tiene mi edad (37) carita de menso y una cita pendiente con el ortodoncista, creo que está de más, porque creo que al día de hoy (31/oct/2007) yo era el único ser en la tierra que no le conocía la cara. Pasó que hoy cuando me convertí en el visitante número 243,168 de un video de Youtube donde está la primera audición de Paul, de no ser porque la niña de mis ojos le hizo al castor para construir un dique, habría entrado a la junta editorial de las cuatro y media con los ojos rojos como si el marido se me hubiera ido a la guerra.
No sé, ni entiendo un carajo de ópera, es más, escuchar a Domingo o Carreras o Pavarotti (por separado) nunca me había conmovido así. Ya sé que muchos dirán: "este wey ya está dándolas, de todo llora", pero creo fervientemente en que el arte se siente, te provoca, te mueve, no es necesario saber quién fue Giacomo Puccini para que te camine por dentro ese torrente que es la música.
Sólo porque por ahí habrá alguien que haya tenido un último mes más atareado que el mío, haré un resumen de 150 palabras de lo que sé de Paul Potts.
Un día se presentó como vendedor de celulares a las audiciones de una cosa llamada Britain's got talent y dijo que iba a cantar ópera. El cruel juez Simon Cowell (un ácido personaje que le dio rating a American Idol), Amanda Holden y Piers Morgan llenos de hartazgo e incredulidad se aprestaron a escucharlo, y de la boca de este güerito, gordo, no muy alto, medio "cabage patch" salió un fragmento de Nessum Dorma. A los tres escudriñantes jueces se les hicieron de yoyo los calzones (Amanda lloró), lo mismo que a 2 mil inglesitos en el auditorio Wales de Cardiff. Eso fue en marzo y en junio Potts ganó el concurso. Ahora ya grabó un disco bajo la tutoría de Simon (si por algo el changuito este gana 56 millones de libras esterlinas al año) y ya hasta vino a México a presentar su CD. Y yo casi chillo.
Ignoro si es la historia que lo rodea, incluso hay quien dice que era cachirul porque estudió canto y hasta había participado en puestas amateurs, lo que sé y me interesa es que este hombre con consistencia de panqué, que más parece oficial de una oficina de correos que voz del Belle Canto, tiene algo y creo que es algo grande.
Reto a los que ya no se conmueven con nada, Belmans y forenses del mundo que han perdido la humedad en los de ver, que le echen un vistazo a esto a ver qué sienten.
http://www.youtube.com/watch?v=sxOytYLlhiQ

08 octubre, 2007

La zorra de Fox

Leí esto en Reforma, a ver qué les parece:

Tres funcionarios trabajan para la Fundación Vamos México, pero cobran en la Presidencia de la República.

Se trata de Alfredo García Padilla Fernández, quien es director de la fundación que creó la ex Primera Dama Marta Sahagún; Alejandro Olalde López, coordinador de programas institucionales de Vamos México, y Tania Castillo, vocera de la institución.

García Padilla ingresó hace unas semanas a la nómina de la Presidencia y cada mes recibe 119 mil 670 pesos como "Director General de Apoyo al ex Presidente Fox".

Alejandro Olalde López, con cargo de "Subdirector de Área" en Los Pinos, es el coordinador de los programas especiales de Vamos México, según la página de internet del organismo, y reporta que su correo electrónico es: "olalde@vamosmexico.org.mx".

Para los que creen que los rateros sólo están en el PRD. No se necesita salir en un video con una maleta llena de dólares para ser un deshonesto. Y por cierto, ¿por qué permite esto Calderón?, o ¿nos va a salir ahora con un spot como el del gasolinazo diciendo que que él no fue?

Papito


¡Me encanta Miguel Bosé! No soy niña ni nada que se le parezca, pero Miguel Luchino Dominguín Bosé es algo que muchos se dicen hoy, pero que pocos lo son: un artista.
Para algunos, el que yo sea una persona que se autoproclama Generación Iron Maiden y que además confiese que este español nacido en Panamá hace 51 años me parece genial, puede ser contradictorio, pero para mí es de lo más natural.
No tuve ningún empacho en estar en la fila F asiento 1, junto a Cyn que estaba en el 2, del primer piso del Auditorio Nacional bailando al son de "Seré tu amante bandido, bandido, corazón , corazón malherido, me perderé en un momento contigo, auuuuuu por siempre, seré tu héroe de amor".
Hoy en día cualquier monito o hetaira que sale en la tele es distinguido por el populo con el apelativo de "artista" y los que de verdad lo son, parecen ya no caber en esa tan devaluada etiqueta. Decir que Timbiriche y Bosé son artistas, es como decir que una rata apachurrada enmedio de la carretera y un filete mignon entran en la categoría de manjar, cuando mucho son comida, una para paladares exigentes y la otra mejor, ya no digo.
Tolero los gustos musicales y en general la ideas ajenas, y no me meto con las creencias de la gente, con los únicos que me he metido es con Timbiriche y con el Flack, pero ellos son un caso aparte.
Volviendo al Papito, que ¡cómo jotea!, pero ¡cómo canta!, ¡cómo interpreta!, podría parecer a ojos de muchos que entra en la categoría de música pop-carne de cañón de los 40 Principales, pero su nivel es mucho más allá de eso.
Entre los gritos de unas 8 mil 900 féminas llenas de furor uterino ahogado en un grito cada vez que el Hijo de Dominguín plegaba la cintura o blandía la cadera, unos mil esposos, novios, fans, bailábamos al mismo tiempo, sin un dejo de envidia, celos o pudor por parecer menos hombres.
Una verdadera prueba para la misoginia es intentar resistirse a caer en manos de Bosé cuando
entona "Los Chicos no lloran" y fue precisamente en ese momento cuando me di cuenta, que como una viuda sin herencia, irremediablemente una canción sí y otra también, mis párpados contenían el desborde de su inundación.
Desde que nacieron mis chaparros hermosos, me he vuelto un chillón, un chillón contenido, pero un chillón. Cualquier escena cursi donde haya un niño o cualquier escena real de un niño sufriendo me conmueve y me hace tener que buscar un foco con la mirada para no tener que limpiar el líquido salado de mis mejillas.
Tengo corazón de pollo, pero muy, muy de pollo. Si hablo de Ari o Darío me quiebro, lo mismo de orgullo por decir que hacen algo bien, que de preocupación cuando hablo del esfuerzo que hacemos porque en casa todos lleguemos a charlar un día fluídamente.
Con Bosé no fue la excepción y desde "Morir de amor" hasta "Si tú no vuelves", pasando por "Amiga", "Linda" y "Te amaré" los ojos se me rozaron y eso que no soy muy dado a la solemnidad ni al sentimentalismo barato.
"Reivindico el espejismo, de intentar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada, que consiste en la certeza, de encontrar en tu mirada, la belleza"... Tssssssssssssssss, ahí con la letra de Aute, como si tuviera escarlatina toda mi piel se hizo de gallina, lo bueno es que para calmar un poco a mis incontinentes ojos, luego marché con "Partizano" y me convertí en Rafa Sánchez para hacer la segunda a Miguel en "Manos Vacías", porque modestia aparte mis agudos en "no acostumbro a perder, pero pierdo por placer, y es el juego el que me da la vida", son mejores incluso que los del cantante de La Unión.
Que El Ruso ya dirige el Nido, que no me dirige la palabra porque su papá no lo deja, ni que ocho cuartos, eso me tiene sin cuidado y hoy me dedico al Papote Bosé, al cual la palabra Papito ya expropié y la dejo en el aire para que un día me la diga Darío y ahora sí, con el perdón del Bandido los chicos sí lloren.

26 septiembre, 2007

Chente, ¡eres mi ídolo!

¿Cuánto son unas 242 hectáreas? Mientras venía en el taxi que me llevaba a recoger mi coche descompuesto en Héroes de Padierna a las 3 de la tarde con un tráfico de pesadilla, me vino esa pregunta a la mente.
El prócer de la democracia, héroe de esta Nación, (ya le iba a decir don, pero don mi abuelito, no este charro monta perros), el tal Vicente Fox, según una buena nota de Reforma, tiene un ranchito de 242 hectáreas. No está mal comparado con mi departamento de 80 metros cuadrados.
Esas mugres 242 hectáreas en San Francisco del Rincón esquina con no me importa porque saliendo del DF todo es Cuautitlán, son algo así como 2 millones 420 mil metros cuadrados. Chente y la Mafafa Musguito que tiene por grillete y castigo en esta vida, me sacan algo así como unos 2 millones 419 mil 920 metros cuadrados de propiedad, con otra pequeña diferencia: en mi depa la única tierra está en una maceta con una "cuna de Moisés" y en una palmerita de sombra muy coqueta.
Supongo que a mis 37 no puedo aspirar todavía al bienestar económico que ha acumulado un hombre de más de 60, pero tampoco me interesa ser tan rico, pero el ocio me llevó a seguir haciendo cuentas, para no ver cómo el taximetro iba ya en 48 pesotes antes de incorporarnos al Periférico, me hizo calcular que si una hectárea (poca cosa para el cultivo de maíz porque si nos va bien en México sacamos media tonelada de maíz de ahí, mientras un "farmer" gringo sacará unas cinco) son 10 mil metros cuadrados, entonces si el terrenito de los Fox fuera un cuadrado perfecto, mediría algo así como un kilometro 557 metros por lado, nada mal.
Ahora que la revista Quién publicó fotos del ranchillo, muy honestote como es don Chente rápido y sagaz que es el hombre, (porque no hay ser en este mundo más hábil para hacer una pendejada que él) subió sus declaraciones patrimoniales a la red.
¡Eso mi Chente! ¡Qué pantalones! El único "asegún" del bisne es que el terrenito de 2 millones 420 mil metros cuadrados, dice que tiene un precio de 300 mil, no dólares, no euros, no libras esterlinas... de pesotes.
¡Caray! ya llegue por el coche, ya me espera la grúa y se me olvidaron las llaves del Ikon en la casa, ¡me quiero morir! Y ahora que lo reflexiono yo pagué 300 mil pesos de enganche por mi patrimonio lleno de humedad, y todavía me faltan por pagar 600 mil luego de año y medio de "cómodas" mensualidades. Me cae que no soy pobre, lo que pasa es que no sé comprar como Chente o ¿será que en Guanajuato la lana rinde más? a 12 centavos de peso el metro cuadrado(así son los precios en San Pancho) me compraba fácil el Bosque de Chapultepec, qué tonto he sido.
Muchos dicen que Fox fue tonto, pero no ratero... para algunas cosas sí lo fue pero para otras me quedan mis dudas.

23 septiembre, 2007

Adorador del pirulí (IV y última parte)

Mis trabajos bizarros tienen una cumbre, un oscar, un tope que creo que jamás será superado: el Festival OTI.
¡¡¡Para-papara-papapá-papara-papa-parapapara-pará-pará-paraaaaá!!! Los Hermanos Zavala, con uno de ellos particularmente maquillado como PeeWee Herman, en vivo interpretando el intro del festival de la canción a todo lo que daba, ¡qué momento!
Uno de los foros de Televisa San Angel, pletórico, lleno de fans hambrientas de aplaudir, echar porras y vitorear a Raúl Velasco, no importa que sea sólo una eliminatoria previa a la gran final, donde cuatro de los 10 de ese día avanzarían.
El nervio se siente en el ambiente, los fans se voltean a ver retadores. Fernando Riba, María del Sol, María Medina, Laura Flores, cada quien tiene su gallo, es la guerra. Y nosotros ahí enmedio con una gruesa de claveles rojos con nuestra pinta de rockeros ochenteros, llenos de pena y angustia.
Nuestro trabajo como "promotores" musicales nos llevó a repartir volantes de conciertos de Tania Libertad, pósters del disco de la Selección 1986 con los "gustados" temas "La Ola Verde" "El equipo tricolor", también colgamos mantas de conciertos de Laureano Brizuela, organizamos un par de conciertos de Luis Miguel y uno de Gloria Trevi (con todo y taco de ojo con sus coristas que gracias al buen ojo del maestro Andrade eran unas diosas), pero nunca hicimos algo como lo que tuvimos que soportar esa noche.
Nuestra misión, y no podíamos rehusarnos a cumplirla porque era encomienda de las "madrinas" de nuestra mafia Jade y Nora, era por unos cuantos pesos extras ser la barra oficial de Víctor Iturbe "El Pirulí" en la eliminatoria.
"El Faz" consiguió una conveniente alianza con las seguidoras de Fernando Riba y en su turno acuñamos el grito de "Arriba, Riba" como estandarte de batalla. En realidad nos veíamos muy raros entre ese enjambre de gatunas seguidoras y uno que otro chotito, porque "El Faz" era una versión adiposa de Dee Snyder; Simón era como un Duran-Duran menos glamoroso; "El Gueiro" (deformación surgida del apodo Alligator) era un fresita de top sailers, suéter tejido estilo Flans (hasta la rodilla) y cabello chino con una coleta; "el Chezner", un hombre que a pesar de sus 20 años aparentaba unos 35 por su gordura y calvicie, y yo, que parecía guitarrista de Luzbel con playera de Metallica.
No encajábamos, pero eso era lo de menos estábamos compitiendo, no nos espantaban los Feliep Gil, ni los Sergio Esquivel, ni las Eugenia León, "El Pirulí" era nuestra bandera y la defendimos con gallardía.
Llegó nuestro turno, el último de la noche por cierto, y nos dispusimos a la epopeya pirulesca. Nos dividimos tres arriba en la tribuna y dos abajo, a nivel de "cancha". Era muy importante que se vieran los claveles rojos mientras don Víctor salía en TV, sino no nos pagaban.
Simón y "Chezner" se fueron al piso, mientras "Gueiro", "Faz" y yo en esas épocas apodado "Árbol" nos apostamos en lo alto.
Simón pidió permiso al floor manager para lanzar unas flores a un cantante, a lo que el sujeto contestó burlón: "pero si sólo falta el Pirulí", y acto seguido todos los camarógrafos y jalacables comenzaron a chiflarnos y burlarse de nuestras "preferencias". "Chezner", hombre de mundo, dijo, "'Cheimen' (contracción chezneriana de Simón) no les hagas caso" y empezó a sonar el requinto del maestro "Chamín" Correa y después la voz de Víctor Iturbe.
Fueron los tres minutos más largos de nuestras vidas, fans y no fans, salvo las aliadas de Riba, se rían de nosotros o por lo menos así lo sentíamos en ese momento y como dice Intocable, "todo para qué".
Después de todo, "El Pirulí no pasó a la final y el esfuerzo de aventar una gruesa de claveles no tuvo efecto.
Poco menos de un año después, volvimos a saber del insigne cantante de "Verónica". El 29 de noviembre de 1987 fue asesinado según decía la vox populi: Víctor Iturbe murió de siete balazos en el pirulí. lo que nos trajo nuevamente un trabajal horrible, porque ahora nos mandaron en Polygram a surtir pedidos por la desmedida euforia por su música, luego de su muerte. En fin, pobre Pirulí siempre nos lleno de chamba ingrata, pero cuando lo oigo, otra vez me dan gans de aventarle claveles de pura nostalgia.

18 septiembre, 2007

¡Tómenla!

Tal para cual: López Doriga junto a Pati Chapoy; Alatorre al lado de Pedrito Sola; Ferriz de Con hombro a hombro con Daniel Bisogno; Ana Vinocour en sintonía con la conductora de Historias Engarzadas (perdón pero no me sé su nombre, mejor pregúntenme el nombre de un cantante de El Recodo), en fin la crema y nata de "nuestro periodismo", las pirujas de las concesiones y las nalgasprontas de las frecuencias, reclamando respeto a la "democracia".
Más allá de sus desinteresadas reclamaciones, de su hilarante propuesta de un referéndum, de su profunda preocupación por dónde irán a parar los miles de millones de pesos de nuestros impuestos que ya no se van a gastar en spots que sólo descalificaban al prójimo, más allá de todo eso, el bonito grupo de personalidades que se juntó fue como para guardar la foto y enseñársela al "Teacher" o a Ciro cada vez que se pongan esas largas batas blancas con las que acostumbran darle clases de moral al mundo.
Fue una chulada verlos irse sin referéndum, muy unidos y con el dictamen de reforma electoral entre las piernas.

PD: No vi ni a Loret ni a Brozo, no sé si se rehusaron o se salvaron, pero ya pueden presumir de algo.

17 septiembre, 2007

El espía que nos violó o sólo nos faltan dos cosas: coach y quarterback

Dicen por ahí que un buen coach toma a su equipo y te despedaza, pero un gran coach puede dirigir a tu equipo y despedazarte mientras tú diriges al suyo.
Bill Belichik es un gran coach, si pone o no cámaras hasta en el baño no es relevante ni con James Bond de nuestro lado ganábamos, les aseguro que podría el próximo fin de semana dirigir a los Chargers y con ellos ganarle a los Pats en Foxboro.
Con esto no digo que sea el único factor que hizo que CSI y Quincy (para los más entrados en añitos) llegaran por los Cargadores. Los forenses encontraron un cadaver que lo mismo murió ahogado, quemado, de 20 balazos, ahorcado, apuñalado y con un una sobredosis de nembutal en la panza, todo al mismo tiempo.
El plan de juego de Belichik fue perfecto, pero no fue para ver quién le puso la multa de 500 mil dólares para él solito, sino para cobrársela al primero que se le atravesara.
Me encantaría seguir hablando de lo buenos que son los Pats, pero por el momento es un tema que me irrita, por lo que más bien escribiré por qué creo que los Chargers están tan mal, lo cual me deprime, pero a lo mejor escribiéndolo se vuelve una catársis y se me pasa más rápido.
Primero, en orden de llegada. El gerente del equipo A.J. Smith ha tomado decisiones muy buenas junto con el extinto panzón, John Butler, como la de dejar pasar la oportunidad de tener al protagonista de Amores Perros, Michael Vick, y tomar al más fino corredor de toda la historia, LaDainian Tomlinson, ¡bravo, genial!, pero sus errores han sido también muy grandes. ¡Cortar a Rodney Harrison! Me pueden decir ¿cuántos profundos como Harrison hay en San Diego actualmente?, ¿cuántos hay en la NFL? Ok, no me clavo, pero cortar a ¡Junior Seau!, no sé si vieron anoche que el polinesio ése fue titular casi todo el tiempo para Nueva Inglaterra, que casi llamaba las jugadas defensivas desde adentro, que impidió con una tacleada maestra que anotara LT, bueno creo que sigue jugando y muy bien.
Sin apasionamientos extremos, a Junior lo suplió Donnie Edwards, líder tacleador del equipo y capitán, pero AJ Smith, ¡lo cortó esta temporada! y en su lugar jugó ayer un amigo de apellido Dobbins que es tan efectivo contra la carrera como Calderón contra la inflación (desaceleración dirán los azules).
El colmo es que el malhecho, que ni estirar el brazo puede, cuyos testículos se reducen a frijoles en cada juego, llamado Philip Rivers sea nuestro quarterback. Es como darle el país a Fox (¡ah chinga! eso ya pasó), es como meter a un chivo en una cristalería, es como dejar que Marta Chapa restaure un Dalí, es como darle a Sari Bermúdez el Conaculta (eso espero que haya sido un mal sueño), es como poner al Maza Rodríguez en la central del Tri, es como si le dieras los Olímpicos a Monterrey... total es como poner a un carnicero a hacer una cirugía de córneas.
Rivers va a romper mi corazón algún día, pero peor aún, el cutis de porcelana de la NFL, Mr. Norv Turner me va a hacer pasar un coraje cada semana. Es más audaz una monja josefina en el vaticano que este señor al frente de mis Bolts. Uno de los equipos con más talento en la Liga, tiene de head coach a un huevos tibios y creo que hasta Jacinto Licea le sacaría más provecho que este clon de Freddy Krueger.
Lamentarme no servirá de nada, la mentárselas tampoco. Ellos cobran como si nada, ni me conocen, ni en su país vivo, si se me hace un erizo el hígado ellos comen igual, yo no sé para qué me enojo. Bueno, sí sé, porque los aficionados de hueso colorado nos morimos con nuestro equipo, con él sí, pero no tengo pensado morir por él.

11 septiembre, 2007

Del Batey a Tamuín (Tercera parte)

Trabajos bizarros o lo que es lo mismo para comer hay que hacer (casi) de todo.

2.- Fotógrafo campesino
Mi servicio social de la carrera de comunicación lo hice en la Confederación Nacional Campesina, brazo rural del PRI, y no es que en la universidad fuera un podrido priista, pero sí busqué mercenariamente un servicio social donde pagaran, y sí, por 500 pesos al mes vendí mi alma a Luis Donaldo Colosio, entonces líder del tricolor.
Maximiliano Silerio Esparza era nuestro líder, pero en realidad yo trabajaba para el diputado, Hugo Andrés Araujo, compadre de Carlos Salinas de Gortari y amigo de Muñoz Rocha.
Ahí me di de topes con el periodismo mexicano desde mi trinchera en el área de comunicación social. Conocí de cerca al chayo pero nunca le di la mano, pero eso es materia aparte, mi trabajo bizarro, por más fascinante que parezca hacer boletines para la fuente campesina, vino después cuando ya como empleado no como servicio social, pasé por momentos a las filas de las campesinas Chanel.
Estas féminas encopetadas vestían dos veces por semana huipiles tipo Beatriz Paredes con bolsas Prada, y el resto de la semana modelitos de alta costura que acompañaban con un rebozo de seda. Eran las esposas del Comité Ejecutivo de la CNC: unas campesinas cuyos únicos animales de corral eran unos hijos malcriados y anorteñados.
Estas primeras damas, como todas las primeras damas de este país (las de los gobiernos, las empresas y los periódicos, incluidas las que creen que lo serán y no se dan cuenta que el susudicho batea chueco, es misógino, no gasta ni en papel de baño, porque vive en en el edificio del diario, ah, pero esa es otra historia) se creían dueñas de la chamba de sus viejos y "sentían un fuerte compromiso con las causas nobles y sociales de este país".
Pues la mera-mera vieja del diputado Araujo, ya entonces líder cenecista, me agarró de su fotógrafo oficial. Primero, lo cual disfruté mucho, me puso a hacer un catálogo de maravillosas artesanías de todo el país con la idea guajira de crear una gran empresa que las comercializara en todo el mundo. Lo hice y quedó muy bien, y miren que no soy un Joel Zamora de la lente, tengo las orejas en su lugar y a pesar de eso hago mis fotitos.
El problema vino después. En una gira por la Huasteca Potosina, fuimos a un impresionante lugar llamado Tamuín, justo dentro de esa mancha verde, a un lado de Ciudad Valles a horas y horas de San Luis Potosí.
Las señoras huastecas inmediatamente me cayeron bien. Curiosos seres medio redondos de no más de 1.50 metros de altura, envueltas en vestidos enormes y coloridos, peinadas con trenzas que les duplican el tamaño y que no hablan ni una palabra de español.
Me dejaban que les tomara fotos a sus hijos entre las inmensas raíces de los árboles que cada dos pasos dominan sus tierras. Ahí, la señora Araujo prometió solemnemente invitarlas un día a la Ciudad de México a pasar unas vacaciones, pero inmediatamente que brincan sus maridos y que dicen, "no, estas mujeres no pueden dormir ni una noche fuera de la casa" (pus sí, no vaya a ser que un chilango se las baje).
Confiado regrese al DF pensando que nunca volvería a ver a las huastequitas, pero ¡Oh destino!, nos volvió a juntar. Resulta que la esposa del H. Líder consiguió el permiso de los maridos con la condición de salieran en la madrugada de sus casas y que volvieran en la otra madrugada, con lo que ya no sentían que se habían ido a echar a un petate ajeno.
Así es que llegaron las huastecas, y la campesina Chanel número uno me encomendó ser el fotógrafo, guía de turistas y espiritual de 30 indígenas sueltas en el defectuoso.
La misión tenía un tour inverosímil: CNC, Zócalo, Centro Médico, Cámara de Diputados, Pirámides, Basílica y Polanco... ¡en un sólo día!
Pues ahí me tienen organizando lonches, camiones, porque también las Chanel fueron al tour.
Desde las 5 de la mañana llegaron mis invitadas, que me recibieron entre persignadas y risas tipo India María, muy tiernas todas. La más joven tendría unos 15 años y la más vieja unos 180, una bolita de 1.20 de trenzas largas, largas, largas que no emitía ningún sonido más que cuando huaracheaba para caminar.
De volada hicimos un pisa y corre entre CNC, Zócalo, Centro Médico y Cámara (donde eran vistas como bichos raros). El sistema era llegar decirles, aunque no me entendieran mucho, dónde estábamos y qué se hacía ahí y luego las fotos grupales e individuales con la lideresa.
De ahí a la Basílica en chinga. Eso sí, escoltados por patrullas y todo, porque sino el tráfico nos hubiera matado. Como en cada escala, me bajé del camión y ayudé a bajar una por una cada campesina, de las reales y de las fashion, luego comencé a contar la historia de la Basílica caminando al frente del grupo, ya en la explanda previa al atrio, de repente me quedé hablando solo, cuando giré la cabeza no vi a ninguna. ¿Las perdí?, ¡me las van a cobrar como si fueran bailarinas checas!, ¡sus maridos me van a lapidar en la microplaza de Tamuín!, pero por fin respiré cuando bajé la cabeza ¡poc!, las vi a todas de rodillas rece que rece, avanzando como tortuguitas hasta la iglesia.
Tardamos como una hora en llegar, ninguna se atrevía ponerse de pie frente a la Morenita y mucho menos darle la espalda. Iban en trance.
De regreso en el camión, a destapar lata por lata del refresco porque las santas señoras no se animaban a hacerlo por si mismas, bueno, la primera vez, porque una vez en confianza, las abrían y festejaban el hacerlo como si hubiera metido un gol el Cachorros de San Luis.
Nos encaminamos, con todo y patrullas, hacia las Pirámides, ahí afortunadamente todas en dos patas avanzaron hasta la del Sol y la admiraron desde abajo, atónitas.
Mi pecado fue decirles "¿quieren subir?" porque todas quisieron, pero no podían hacerlo todas sin ayuda. En total subí la pirámide cinco veces, en cada viaje como una zarigüeya cargando varias huastequitas que se me aferraban como koalas, incluida la venerablede 180 años.
Una vez arriba, a tomarles la foto del recuerdo y a espantar a los pinches gringos que a huevo querían tomarles fotos como si fueran joyas arqueológicas vivientes. Eso me enojó mucho, pensaban que estaban en un parque temático y que las huastecas eran botargas tipo Mickey Mouse para el disfrute de los turistas, y no, ellas eran turistas.
Con la lengua de fuera me subí al camión y mis huastequitas, en premio, me cantaron una canción por haberlas ayudado. Contra todos los pronósticos estábamos en Polanco a las 7 de la noche y era curioso ver cómo las marías que vendían pepitas en la calle se admiraban de ver bajar de camiones con aire acondicionado, a unas iguales a ellas pero ataviadas con gorras rojas y cocas en la mano.
Ya encarrerado el gato las metí al metro, ese que tiene unas escaleras eléctricas gigantescas. Toda una odisea, nunca me imaginé que alguien le tuviera miedo a unas escaleras automáticas, pero era lógico, nunca habían visto algo así en su vida. Pues ahí te voy, y subí una por una, del brazo a cada señora a las escaleras. Sus risas se oían con eco en toda la estación, era como el Batman The Ride para ellas. Luego a comprar los boletos, su asombro reapareció con los torniquetes. Maravillosas las viejas. Ver llegar el metro a través del túnel con ellas fue como ver un ovni, y cuando se subieron se sentían como Neil Armstrong.
Pero todo lo bueno termina y de ahí las tuve que despachar con sus maridos, no sin antes llevarme una porra, que si he de ser sincero me conmovió. Llegaron antes de que amaneciera a Tamuín, pero fueron mías todo un día, sólo mías.

10 septiembre, 2007

El negro José (segunda parte del Negrito del Batey)

Gracias a los comentarios escritos y no escritos sobre el Negrito del Batey, he resuelto que trataré de aplicar lo que se supone que sé hacer y por lo menos por lo que me pagan, y editar mis textos para que no sean gigantescos e ilegibles.
Me quedé en la última entrega en mis trabajos más bizarros y retomo la cuenta en el tercero:

3.- Pintor de canchas de basquetbol
Corría el año de 1984 o 1985, no lo tengo muy claro, pero de sólo recordarlo me arden las rodillas.
Mi tío Nacho (nada que ver con el del jabón), un estudiante que dejó trunca la carrera de arquitectura, no sé cómo diablos le hizo pero ganó la licitación para un trabajo en el DDF. Se trataba de pintar las canchas de basquetbol del Deportivo Guelatao, del Plan Sexenal, del Juan de la Barrera y del Palacio de los Deportes, tarea para la cual fuimos reclutados: mi hermano Nacho de 16 años, mi primo de nombre Nachito e hijo de tío de 11 añitos y mi otro primo, Juan Carlos de apenas 9. Luego se nos sumó mi primo Richie, él sí mano de obra legal de 27 años.
Para no extenderme mucho contaré que pintar una cancha de basquet, por lo menos en la técnica de mi tío era algo más o menos así. Él trazaba las líneas transportador, compás de maestro con gis y reglota, luego tendíamos con martillo y clavos unos hilos para seguir esos trazos con cáñamo. Hasta ahí todo parecía sencillo, pero luego venía lo bueno: cubrir con masking tape cada uno de los lados de cada línea que cruzaría la cancha.
Esto, obviamente, de rodillas, muy derechito sin salirse de la raya. Traten de rodear una cancha de basquetbol de rodillas y luego cada raya que la cruza, es casi como querer pagar todos lo pecados de tu estirpe en la sola exposición.
Mi buen tío, también tuvo la gran idea de proponer que además de las cancha de basquet, se pintaran rayas para una de volei, otra de futbol de salón, además de las letras PRODDF y Centro Basquet en la base de las canastas. Entonces el esfuerzo se triplicaba o cuatruplicaba.
El proceso seguía con el pintado (de colores) de cada línea sin salirse del masking, luego retirar el masking de cada línea y después el retocado y limpiado de cada gotita que se hubiera escurrido por ahí.
Aquí se dice fácil, pero para hacer eso pasaban cuatro o cinco días en los que mi empleador, pobre muy pobre, no tenía ni para comprarnos una torta y mi papá nos mandaba sandwiches para todos. Eso se repitió en cada sede, en total 20 días de trabajo por los que recibí como 2 mil pesos, que no me sirvieron para curar las manos agrietadas por el tinher que me tenía que echar todos los días, ni mucho menos para el dolor de rodillas.
A mí me fue bien porque me pagaron, claro después de dos meses, cuando mi tío pudo cobrar el trabajo con la burocracia local lo que le fue muy lucrativo, porque cuatro niños y dos adultos hicieron la chamba de por lo menos 10 expertos maestros pintores. Pero a mis pobres primos, mi tío les descontó de su sueldo, una maceta que rompieron por correr en su casa, un bote de pintura polyform (carísima) que voltearon cuando echábamos la clásica cáscarita de "ñil" con bola de masking (durísima) al término de la faena, y por supuesto el bote de tinher especial polyform con el que se borraron las manchas de la pintura derramada.
El basquetbol me gusta mucho pero cada vez que me paro en una duela no puedo evitar pensar: "qué chinga para el pobre wey que pintó esto", conciencia gremial pura.


PD que no tiene nada que ver con las chambas
El otro día en la TV vi las escenas de una entrevista que le hacía el pseudopensante René Franco a los ídolos del Flack, los Timbirichos, y no pude evitar reconocer el increíble parecido que tiene ahora Erik Rubín con Sergio Esquivel, aquél cantante del OTI (éxito: Un tipo como yo), está tan acabado que al final pensé que Segio Esquivel nunca estuvo tan indignamente jodido y creo que Rubín se parece más ahora a "Polillita", el patiño que recitaba del extinto Paco Stanley.

04 septiembre, 2007

El negrito del Batey (Primera parte)

Primero, este blog no agredirá, por esta vez, al Flack.
Ahora sí, al tema que me atañe. Como fiel seguidor de las teorías del "Negrito del Batey", creo fervientemente que el trabajo lo hizo Dios como castigo.
Pero, infelizmente (como dice Pelé), la parte de la teoría bateyana que obviamente no he podido seguir y que por ello ojalá me perdonen algún día la Sonora Matancera, Alberto Beltrán y don Medardo Guzmán, es aquella de que el trabajo se lo dejo todo al buey, porque en mi vida el buey que ha trabajado soy yo.
Qué más quisiera yo que estarme rascando el tuch hasta que me salga sangre (Tuch: ombligo en maya, para los malpensados que creyeron otra cosa), pero nací pobre y aunque iba para rico, en el camino me descompuse.
Dicen por ahí que el trabajo dignifica, eso seguramente lo dijo uno de esos weyes que "trabaja" en una ONG en algo sí como salvar los puffins (que por cierto en Islandia se los comen como gallinas, según me contó mi amiga Susanita, que háganme el favor, fue a una boda hasta allá y comió de estos pajarillos que bien podrían haber sido la mascota de alguna olimpiada), pero claro, como ellos no trabajan, sino más bien buscan qué hacer con su tiempo libre, no entienden el sentimiento de los que tenemos que talonearle para vivir.
Afortunadamente tengo unos 16 años haciendo algo que me gusta y para lo que soy competitivamente bueno, que me ha servido para llevar el sustento a mis pollitos. Pero por puro ocio haré mi ranking de los cinco trabajos más folclóricos que he desempeñado, desde los 10 otoños en que me dispuse a empezar a pagarme desde los útiles hasta mis vacaciones.

En orden invertido para ponerle emoción:

5.- Empacador en la Conasupo de Universidad y Uxmal.
Ahí donde hoy se levanta el concurridísimo restaurante con chupes, Don Camilo, estuvo una tienda Conasupo, fundada por ahí de 1980. Donde hoy está el asador y las primeras mesas, estaba la oficina del gerente de nombre José Luis Rodríguez, a quien por supuesto le decían "El Puma" y quien ahora es el que lleva a los mentados Asociados de Reforma (sí ése barbón cincuentón de pecho inflado, fue mi primer jefe). Donde está la caja del antro, era precisamente donde empezaba el área de cajas donde Maribel, la jefa de cajeras, nos dio el visto bueno a mi hermano Nacho y a mí para ser los miembros fundadores del H. Cuerpo de Cerillos de la Conasupo.
La inspección fue tanto visual como física, casi casi nos aplicó la de si pesan más que un perro, están más anchos que un poste y más altos que un tambo, entran. Nos checó la dentadura y nos pidió nuestra boleta de calificaciones.
Yo tardé una semana en presentarme porque como que presentía que si empezabaa trabajar mi vida cambiaría y ya no me podría zafar. Luego de ver llegar a mi carnal, dos años mayor que yo que apenas pasaba de 10, con por lo menos 100 morlacos en las alforjas, dije, yo también quiero.
Las finanzas familiares no eran boyantes, así que a todos nos cayó de perlas la lanita, porque como dije, a partir de ese momento yo financié mi vida.
Mi récord fueron 500 pesotes en una quincena que trabajé en sábado de las 8 de la mañana a las 8 de la noche, pero todo se acabó con el temblor del 19 de septiembre de 1985. La Conasupo casi se colapsa y la cerraron por derribo. El ingenio popular personificado en Marcos, el chino del departamento de recibo, acuñó un chistecito local que decía "Cómo chupo que se cayó la conachupo". Lo extraño es que 22 años más tarde sigue el mismito edificio ahora como restaurante, cuando yo lo vi con unas cuarteaduras que rajaban las paredes de lado a lado y unos letrerotes de clausurado.
Como nota la calce, diré que tener tu despertar sexual (es decir que te empiecen a gustar las mujeres) mientras tus confidentes y consejeros son tablajeros, carniceros, estibadores y salchichoneros, cajeras veintonas, puede parecer el peor escenario imaginado por un padre de familia, pero para un chamaco es como ver Calígula mientras tus compañeros de clase ven La Dama y el Vagabundo. Se los dejo de tarea.

4.- Monitoreador de radio en Discos Polygram.
Empujado por mis cuates Simón (quien en realidad se llama Arturo) y El Faz (Faz, mote surgido por el gran tamaño de su "feis" que no face) caí en la industria discográfica por ahí del 1986. Nosotros nos decíamos "checadores" y nuesta labor era monitorear cada quien entre 5 y 6 estaciones de radio cada día y anotar cada una de las canciones que pasaran ahí entre las 8 de la mañana y la 1 de la tarde.
No parecería nada raro o desagradable, escuchar la radio y que te paguen, pero ahí no terminaba la labor de este escuadrón de finas y educadas orejas, porque además teníamos que cumplir con una cuota diaria de llamadas telefónicas a no menos finas estaciones, para inflar a los cantantes que por esa época grababan en Polygram.
El método era sencillo, supongo que todos han llamado alguna vez a Radio Felicidad para hablar con el locutor o el programador y solicitar su rola ¿o no?. Bueno, en realidad nunca lo había hecho, pero ahí aprendí a hacerlo. Pues se trataba de marcar a Radio Éxitos, Radio Variedades, Radio Capital o Radio Hits y con mucha dulzura decir. "Me podría poner una canción". Luego el locutor contestaba con mucha hueva y fastidio (si no estaba al aire): "¿Cuál?", a lo que había que reaccionar con agilidad para recitar: "Cada vez que tú te vas, del Grupo Yndio". Si lograbas que el hombre colgara en ese momento, la prueba había sido sencilla, pero por lo regular te espetaban: "¿para quién?", y 100 de 100 en la primera llamada del día decías tu nombre y tras escuchar el "de parte de quién", decías el nombre de tu novia de verdad, y después tu colonia y delegación. Hasta ahí todo bien, la bronca era hacerlo 30 o 35 veces al día, porque a la tercera el locutor te gritaba: "¡deja de estar chingando, huevón!" y te colgaba. Para superar este trance diario, la tecnología puso a nuestro servicio listas elaboradas por Nora y Jade, jefas del H. Cuerpo de Checadores, en donde se podían leer más de 100 nombres masculinos, más de 100 femeninos, unas 50 colonias y sus respectivas delegaciones, con las que sorteabamos el interrogatorio con variadas y creativas combinaciones: "para Matilde... de Pedro... de la Pensil... la de Cómo no quererte a ti, de Fresas", una chulada de profesión.
Además cada día nos superábamos en el impostamiento de la voz para lograr actuaciones que ni "Tilín, el fotógrafo de la voz" o Gilberto Gless habrían logrado en sus épocas de gloria, todo para no ser descubiertos, en particular por el locutor de Radio Sensación, que era escatológicamente lépero y malhumorado y en una sola frase podía recordar a tu madre, violarla, matarla y ensuciarla. Muy distinta era la historia si entraba tu llamada mientras el merolico estaba al aire, ahí se portaban de lo mejor y hasta te mandaban saludos o te regalaban un disco.
Total, ese trabajo era rudo y no payasadas. Ya los quiero ver escuchando la rola que grabaron Los Pulpos ("Yo en mi casa, ella en el Bar"), Los Muecas (Bésame y olvídame), Los Bríos (Yo sé que te acordarás) o Los Strwk en 1973 y tenerla que anotar a mil por hora, mientras pasabas a la siguiente estación y estaba el dueto de Prisma y Joan Sebastian, titulado "Oiga". Un oasis en el desierto era si después en una de las cinco estaciones que tenías que monitorear al mismo tiempo durante seis horas continuas aparecía, "Déjenme si estoy llorando" de los Ángeles Negros, canción clásica, que quien no sepa quién la canta o no la haya oído que me enseñe su pasaporte marroquí o su carta de liberación de San Quintín después de 50 años de condena.
En fin, me tocó encumbrar a astros de la música como Francisco Xavier, Erika Buenfil, Ricardo Padilla (aquél de Garra de León), Alejandro Jaén (Vas a acordarte de mí), Fresas y los mismísimos Botellos que por esas épocas promovían su tercer disco, aquél del Tlalocman. Ahora que lo recuerdo tuve que entrarle como miembro del Club Charrocanrroleros del Guacarock para que los hombres que se adelantaron a su tiempo pudieran decir en la disquera que tenían seguidores.
La única manera que había de desarrollo en esa chamba, por lo menos para mí, era dejar las estaciones en español y ser el checador de las que pasaban música en inglés: Rock 101 (idea musical), Radio Hits (que del rock pasó al High Energy con su máxima estrella Mike Marine, y eso sí era un suplicio), Radio Universal, Radio Capital (Con Rock a la Rolling y el Mundo Romántico del Rock) y Radio Éxitos (Madonnísimo, Durantástico), pero la hora más esperada del día era de de José José en Sensación, todos cantábamos mientras degustábamos tortas fiadas de la fonda de "Juen" (sí con e, desde entonces la influencia de Ángel Fernández era brutal) o bolillos con chicharrón de harina y cacahuate japonés.
Fueron grandes años, eso ni dudarlo, y por eso mismo ahora soy como una versión con patas del cancionero Picot, pero como ya me colgué mucho dejo para la siguiente entrega los tres trabajos que faltan: Pintor de canchas de basquetbol, periodista campesino y adorador del Pirulí.

PD: por cierto Batey, es una comunidad azucarera cubana pobre, pobre, muy pobre.

26 junio, 2007

Generación Iron Maiden vs. oídos educados en la cola de las tortillas

Mucho me preocupa (que no la jalada esa de los pamboleros que dicen "me ocupa no me preocupa", nunca antes tan mal usada una palabra) la proliferación indiscriminada de una neo ola de adoradores de esa cosa aberrante llamada Timbiriche.
Desde el messenger del siempre amigo, pero nunca portador de un gran gusto musical (ya no entramos en otros gustos porque no es el tema) Flac Basilio, se lee en su nickname que muy ufano y hasta de nariz respingada pone "Soy generación Timbiriche". Chaaaaaaaaaaaaaaaale, cuando lo leí, cual portador de los estigmas del señor me sangraron las niñas de los ojos y creo que hasta violadas salieron las pobrecitas.
Inchi flaco mamón, espero, pero creo que no es así, que sea una broma, una manera de hacerte notar, un desliz dactilar, o cuando mucho un síntoma de bipolaridad, pero no puedo concebir que alguien que se dice el fan número uno de Dalí, me salga con que algo que marca su vida y su existencia es una agrupación seudomusical donde su exponente más constante fue o es Diego Schoening.
No me hagas pensar, por simple lógica, que ese gusto por Dalí no nació por una inquieta lectura sobre el loco de Figueres o que no fue por ver las tepalcuanas de Gala en un cuadro o por el trillado pero brillante Progresión y Degradación de la Memoria, si no que salió de haber escuchado "E Un genio Salvador Dalí" de Mecano.
Los Cano y la Torroja no me desagradan, al contrario, pero siento que tu cultura musical viene directamente ligada a las melodías que tus oídos captaron mientras estabas formado en la cola de las tortillas.
Tampoco creas que ese blog está dedicado a tu triste, quijotesca y lánguida figura, no es para tanto, pero eres el mejor ejemplo (a no seguir) que tuve a la mano para despotricar contra la retimbirichización de este país.
¿No nos damos cuenta que quieren revivir el engendro surgido del gran copión que es Luis de Llano, quien tuvo la brillante idea de crear hace un buti de años un Parchis a la mexicana?
En el remoto caso de que lo lograra y que surgiera otra generación como la de Basi, habría que lamentarlo más que la muerte de Antonio Aguilar (Taaaany para mí) o que la derrota frente a los gringos en pambol.
Timbiriche, nombre tomado del antiguo juego de puntitos donde se forman cuadritos, es uno de los pasajes más tristes y pobres de la cultura mexicana y más que reeditar su "gloria" deberíamos cerciorarnos de que su "legado" muera con los Basis que los adoran.
Hay algo más en este enésimo reencuentro timbiricho que no logró digerir: los tipos y tipas llámense Benny ("músico" fracasado cuyo sustento familiar viene de ser hijo de Julissa y de su padre, reciente y ridículamente autodeclarado gay a los 65 años), Sasha (yunkie y meretriz con papa en la boca, que se cree "súper" culta), Alix (¿alguien me puede decir algo que haya hecho esta gordita sin chiste?), el esposo de Andrea Legarreta (no me acuerdo de su nombre y ese ha sido su único "mérito" en 25 años), Mariana Garza (hija de otra Garza que decía ser su hermana, esposa del hijo de Sonny Alarcón, ex integrante de Botellita de Jérez. Su currícula hace palidecer la de Niurka, sin broncas) y el maestro Schoening (quien va de puerta en puerta comprobando la blancura de los calzones de la gente), aceptaron sin tapujos que se reunieron para sacar lana, de los ...... (prefiero no adjetivar algo que terminará siendo una ofensa) que llenan sus 99 presentaciones consecutivas en el Auditorio Nacional. ¡No puede ser que la telesecundaria no llegara a tantos rincones de la República Mexicana y eso provocara tanta ignorancia! Me pregunto, ¿no les da pena?
Reconozco que por ahí en la boda de Rolando he sido de los que se paran a echar desmadre con el "Con todo menos contigo", porque tampoco soy un amargado y cuando voy a una fiesta me divierto con lo que haya y con quien esté, pero de eso a proclamarme "Generación Timbiriche", nunca, digo, hacer eso es no tener temor de Dios.
Ahora con reality, reunión y comerciales inundando la televisión, alguien pretende dar de comer a estos parias del espectáculo, menesterosos de la calle del arte y profanadores de tímpanos, pero bueno, Basi y compañía, si así son felices no me regoderaré en su miseria, ni emprenderé una campaña tipo Vasconcelos para hacerlos gente.
Mejor diré que si yo tuviera que decirme, proclamarme o autonombrarme miembro de una generación, diría que soy Generación Iron Maiden, porque mientras Basi bailoteaba con Cocorito yo hacía sonidos guturales para imitar las guitarras de Dave Murray y Adrian Smith, einfructuosamente intentaba que mi lengua siguiera el ritmo del bajo de Steve Harris.
Pero tampoco creo que haya un grupo, cantante, tonada o ritmo que me defina como parte de la Generación tal o cual, ni miembro de un tiempo época o lo que sea. Por ahí me decía mi amigo Simón que escuchó quejarse a alguien cuando le decían "esta canción es de tus tiempos" y a lo que contestó "esos fueron mis tiempos y estos también son mis tiempos, no me he muerto".
En fin, yo fui un puberto heavy (que ahora me salen con que es Happy Metal, ni maíz, es rock y punto). Adoraba a Scorpions, Judas Priest, Saxon, Motorhead, Def Leppard, Van Halen, Rainbow, ZZ Top, Helloween y Metallica. Poco a poco con los años, no muchos, antes de los 15, ingresé a la liga de los que también morían por Pink Floyd, Yes, Emerson, Lake and Palmer, y así mis oídos en lugar de radicalizarse se han abierto a muchas formas de hacer ruido.
Actualmente paso sin prejuicios de Camarón de la Isla, al maestro Sabina, de ahí a Benny Moré o Soda Stereo o los Vines o Travis o los Killers, sin importar que pueda haber una escala en Compay Segundo, Serrat, Ismael Serrano, Fito Páez, System of a Down, Caetano Veloso, Chico Buarque, Depeche Mode, Armando Rosas, Juan Luis Guerra, Charlie Parker, Jaime López o Arthur Rubinstein.
Para mí sólo hay dos tipos de música: la bien hecha y la mal hecha, y dentro de la buena escojo la que me dice algo, pero nunca dejo de reconocer cuando algo es bueno aunque no vaya conmigo.
Mi estimado Basi de la música que captaste en la cola de la tortillas te hubieras quedado con Raphael, Los Ángeles Negros, Sandro, Leo Dan, Napoleón, José José o hasta los Pasteles Verdes. Lo de Timbiriche sí me da penita ajena, para qué te digo que no, es como de colegiala de escuela de monjas, que encima de todo se siente trasgresora e iconoclasta. Pero, nunca cambies, sólo no te reproduzcas, plis.

06 junio, 2007

Enjoy the silence of the lambs

¿Y ahora? ¿Título en inglés? Pues sí, se me antojó poner un encabezado en la lengua de Mick Jagger por dos motivos: uno, porque hermana (no del verbo presta, si no del verbo junta) dos cosas tan distintas como disfrutables, que son este caso Depeche Mode y la película de Jonathan Demme, basada en el libro de Thomas Harris, y pues, en español pues ni cuadraban ni sonaban igual, y segundo, porque si lo hubiera puesto en español el título de la película "El silencio de los inocentes" no servía para mis malévolos planes.
Lo que yo quise fue que se quedara el término lambs, porque voy a hablar de las siempre folclóricas y sobreestimadas Chivas.
Miren que me chocan esos que todo lo ponen en inglés, como si se tratara de un código secreto o un mensaje en una lengua muerta, creyendo que así pocos lo entenderán, o que lo hacen simplemente para darse su taco. Vean los chats y están llenos de frases nombres y jaladas escritas en inglés (muchas veces escritas con las nalgas y la luz apagada). Muy su gusto, pero lo mío fue para poder ligarlo con el Omniequipo.
Conste que este espacio no pretende ser futbolero, pero es demasiada tentación ver a medio México y medio mundo, como creen ellos ser, tirado en el piso llorando su derrota, metiendo la cabeza en el hoyo que dejó una avestruz que le iba al América, y no meterles un cate extra.
Y cómo hablar ahora de Chivas sin burlarme –le voy al América– de las lágrimas de cocodrilo de Jonny (apa nombrecito que le pusieron a éste tenochca) Magallón o de la supuesta bravura de Omar que dando de manotasos y patadas quiso sustituir su falta de gol, del "Venado" que ni a Bambi llegó.
Obviamente que me hace muy feliz que las Chivas estuvieran tranquilamente en su casa viendo Yo amo a Juan Querendón (no creo que ninguno esté leyendo un libro) mientras se jugaba la Final del Clausura.
Fue realmente un hermoso momento presenciar vía televisiva cómo a las chivitas se les abría la cajuela y a pesar de "ser el equipo que mejor juega" (según algunos) no saben meter un gol.
Ahora la pregunta es, ¿a qué viene al caso esto, cuando la gozosa situación a la que me refiero pasó hace más de dos semanas? Pues porque la empecé a escribir el lunes siguiente a la Semifinal de Vuelta, donde el Chiverío se fue a ver a Vergara por perder.
Esto no quiere decir que no sea actual, pero por si las dudas agrego que me parece la manera más tonta de querer arruinar la carrera de un prometedor patea-balones, el que don V pretenda que Giovani juegue en el Re-baño.
El amigo Verch de plano cumple con aquél verso de Sabina: "Era tan pobre, que no tenía más que dinero". Todo lo quiere comprar, pero no se detiene a pensar (mucho pedir) el daño que le puede hacer al hijo de Zizinho llevándolo a la "Tierra de la Tortas Ahogadas".
Ya puedo ver cómo el siempre gracil, técnico y delicado Maza, o el no menos virtuoso Patlán se prenden porque el moreno los elude en un entrenamiento y le hacen sushi la tibia y el peroné.
Pero también me cuesta trabajo vislumbrar a Joan Laporta preguntando: "¿Se acuerdan del chico mexicano que teníamos?, ¿saben si sigue jugando?" De plano Gio desaparecería del mapa como el encargado de alimentar al Tigre Toño y a Simba.
De verdad que no es porque sean las Chivas, mira que si América estuviera intentando lo mismo, opinaría igual, pobre Giovani sería para él una decisión tan dulce como escoger si morir quemado o ahogado.
Pero como aquí el loquito es don George, el barón de los polvos, sólo me queda decir para reforzar lo dicho por, él sí Don, Sabina lo que decía don Fecundo Cabrón o Facundo Cabral, que en este caso se aplica en el futbol sólo algunas veces, porque ahí (como en todo el mundo) todos tienen un precio: "Sólo lo barato se compra con el dinero".

16 mayo, 2007

Cinco agrados y un odio

A petición de mi buen amigo Miguel Bri, la cual llevo dos semanas sin cumplir por: decidia, trabajo, cansancio, falta de inspiración, hartazgo y una que otra preocupación de esas que expulsan mis cabellos de los folículos capilares, hoy teclearé —porque por ahí dicen que escribir no cualquiera, si acaso Saramago, García Márquez o Joyce— mis cinco agrados y un odio.
Este "torito" que me aventó el Freakney no es sencillo, quizás sería más fácil dar cinco odios y un agrado porque no soy de esas personas que no albergan rencores en su corazón, leen a Paulo Coelho, Cornejo y Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Ni maíz, a mí si alguien me zurra, me zurra y siempre, si algo me abomina, me abomina y difícilmente dejará de abominarme. La edad me ha ablandado en algunas cosas, pero mis odios permanecen felizmente intactos.
No se puede ir por la vida queriéndolo todo y repartiendo flores como si fueras una ninfa. Los amores, como los odios te hacen vivir, y pues bueno, contestaré al "batón" (así dijo Bri que se llama esta onda del reto blogero que consistió en que él escribió sus cinco agrados y un odio y luego nos pidió a algunos que hiciéramos lo mismo, algo así como lo que hace la mano hace la tras o las cebollitas, pero con calzones), con mucho gusto.
Mis agrados (no puedo desligar la palabra agrado, de La Agrado, el personaje de Almodóvar en Todo sobre mi madre, ni tampoco de Olvido Gara, mejor conocida como Alaska, de los Pegamoides, luego Dinarama ahora Fangoria, seguro es una fijación por la rola de Cómo pudiste hacerme esto a mí, bueno, yo me entiendo, no hagan caso).

1.- Odio... perdón estamos en los agrados, me agrada... momento, momento, hace un segundo volví a abrir el blog u.n.i.c.o. de Britney y estoy en un grave error, pero con el tiempo justo para repararlo: ¡¡¡¡Son cinco odios y un agrado!!! Carajo, mi dislexia infectó el blog, perdón, ya decía yo que esa visión de encontrar cinco cosas hermosas era algo demasiado fresa para venir del apocalíptico Bri. Sorry, rebobino y vuelvo a empezar.

Mis odios (caray, me sentí liberado de sólo escribirlo, siento que puedo odiar a cualquiera y escribir sobre ello). Y van pues.

1.- Ahora sí, odio a las personas que te saludan como si fueras su amigo de toda la vida, como esas viejas que te dicen cariño o mi amor cuando tienen dos semanas de conocerte o esos weyes que te dicen hermano, cuando esa palabra hasta viniendo de tu hermano suena rara. Por lo regular estos elementos de la fauna contemporánea "hermanean" hasta al wey del alcoholímetro y supongo que lo hacen para granjearse la simpatía y los favores de todos o simplemente porque son tan miserablemente grises que creen que así alguien les tirará un flato y será su amigo. No lo sé, ni me interesa, pero lo que sí me da un mazazo es soportarlos, más bien padecerlos y como no soy de los que puedan ocultar sus sentimientos, se me nota inmediatamente que estos billetes de 2.50, estos clones de mamá campanita, me zurran.

2.- (Se siente bien sacar estos odios, sigo...) Odio la salsa catsup, no puedo ni verla si estoy comiendo. Esta mezcla uniforme, espesa, roja y sin chiste es la aberración culinaria más grande que haya tocado mesa alguna. ¡Agua, jitomate y azúcar! Guácala. Desde niño me ha perseguido este odio, desde que sin preguntarme me servían mi huevito y le ponían catsup, desde que me arruinaban cada hot dog y cada hamburguesa con el mismo lento amasijo que aparte tarda segundos en dignarse salir de su botella, y que cuando sale, por lo regular sale más del deseado. He escuchado durante mi vida miles de veces la letanía: "una hamburguesa sin catsup no es hamburguesa" o el "a qué te sabe una hamburguesa sin catsup", pues me vale, no me gusta y la odio, me vomito de verla en mi mesa. A lo mejor mi daltonismo también tocó mi lengua y no distingo los sabores como los demás o simplemente mi paladar exige un poco más de respeto.

3.- Odio los musicales, todas esas obras de teatro ñoñas y más cuando son películas, donde el protagonista le dice a la dama en turno... te quiero decir que... y empieza a cantar y bailar bajo la lluvia. Qué asco, es como para mi tía Cuca que a todo decía "mira qué bonita variedad mijo". Cats, Chicago, la Bella y la bestia, por mí se pueden estrenar y poner mil veces estos bodrios, que a menos de que me lo pida mi esposa o mis hijos, no voy , no voy y no voy.

4.- Alucino gacho a los "expertos en política" que odian al Peje por naco (y hay que verlos), pero que no son capaces de esgrimir ninguna explicación fundamentada para decir que era la reencarnación de Stroessner y primo hermano de Videla. Que todo lo rojo se les hace del diablo y cuya moral es más doble que la sexualidad de Armando Palomo. No quiero decir que odio a los antipejistas, para nada, cada quien es libre de votar por quien su corazón o su lonchibón ordene, pero si son zurrantes aquellos que sin argumentos, sólo porque era "naco" lo tachaban. Caray, lo más fácil del mundo es quemar brujas. Este tipo de personajes se suben al tren de la denostación de todo aquello que desconocen. Creo que del odio pasé a la lástima. Ahí la dejo.

5.- Odio... a los grandes reporteros. Esos que caminan con la neta de la mano. Esos que lo han hecho todo y que escriben como nadie. Que son los únicos que entienden lo que quiere decir la compleja fuente. A los que no se les van notas, sino que la competencia "voló" la nota o no saben nada del tema. Los mismos que odian a los novatos y que con sus largos mantos blancos juzgan a los pobres obreros de la información que sólo tratamos de generar notas, de preferencia exclusivas y cuando menos oportunas e interesantes.

Agrado

1.- Me agrada platicar con Ari, redescubrir con él todas las dudas que puede generar el mundo en alguien que acaba de llegar a él y darme cuenta que a mi edad, tampoco las he despejado todas y ni siquiera las que creía entendidas las creo al 100 por ciento.

Dicho lo anterior declaro cumplida una deuda y podemos ir en paz que la masa se ha terminado.

PD: Ahora este batón de cinco odios y un agrado se lo paso a Carlos Rodríguez y su primetime, a Carlos Uriegas y su marquesdesade71 y a Roberto Vargas en sus demonios. No lo tomen como una cadena y lo podrán resolver.

25 abril, 2007

Hace un año

Y llegó el día en que decidí que 12 años 7 meses y 20 días eran suficientes para mí.
Ese día me lo escogí yo, pero me lo marcó un notario el 25 de abril del 2006 para firmar escrituras. El mismo día en que me embarqué por un departamento para mi familia, ese día dejé Reforma para siempre.
Hoy curiosamente, ahora en otro día que escogí yo, sólo que ahora apurado por la fecha límite para la declaración anual de personas físicas en el año fiscal 2006, volví a Reforma sólo por unos segundos y para recoger mi comprobante de percepciones.
He de reconocer que el simple hecho de pensar en volver a pisar ese edificio de falsa cantera rosa, donde doña Wawis cometió algunos de los más catastróficos pecados arquitectónicos de los últimos 15 años (no lo digo yo, que al fin y al cabo no soy Barragán para opinar sobre arquitectura, lo dijo Guillermo Tovar y de Teresa, ex cronista de la ciudad, cuando vio la combinación colonial, prehispánica y barroca, rematada con dos discretos atlantes de Tula de cinco metros de alto que vigilaban la redacción, y también un tímido calendario azteca que dominaba la microplaza desde lo alto, pegado al domo, exhibiendo con altivez sus tres y medio metros de diámetro). Sólo de pensar eso me daba urticaria.
Pero finalmente no me dio sarna ni nada parecido, al contrario, pude ver lo que me gustaba más, y al final, lo único que me tenía ahí: mis amigos.
Encontré caras que me vieron con cariño. Desaparecieron las apocalípticas visiones de los discursos de aniversario de Junco, acompañadas con un lonchibón. También se fue Catón queriéndole hacer al cómico, la interminable y tacaña rifa con el humor (si es que a eso se le puede llamar humor) tan uruguayamente insípido de Homero, los improvisados maestros de ceremonias (todos unos lametraseros), el imbécil de Castaño haciéndola de mimo (el maestro de todos los lameculos del mundo) y los reconocimientos de antigüedad que nunca decían "por 10 años de trabajo" si no algo como "por su ayuda incondicional a este diario" (suena más poético, pero es para que no uses el pergaminito en la demanda de despido injustificado como prueba del tiempo que dejaste embarrados los ojos en esas computadoras).
Por un momento, antes de que bajara Patricia Ledezma con mis documentos, en la prerecepción, en esa que sólo ocupan los del Pane en Vía y el señor de los jugos, porque les (nos) está vedado ir más allá, sonreí al acordarme de cierto sujeto que no mencionaré porque podría cobrarme derechos Hanna Barbera por lucrar con uno de los Flinstones o porque Sabritas y todos las papas fritas se podrían sentir. Ese personaje, regio, por supuesto, y soberbio como pocos, de repente se acercaba a la computadora de mi buen amigo Kik, donde el proyecto de portada relucía, entonces sin más ni más y como quien cree que de su boca saldría un E=mc2, decía frecuentemente: "voy a decir una pendejada, no me hagan caso, pero, ¿qué tal si ponemos de portada...?", y acto seguido como si tratara de una profecía, no de esas de Nostradamus que nunca se cumplen, sino como del Madden 07, la pendejada brotaba y se materializaba en una "bonita" portada.
¡Qué honestidad!, ¡qué oportunidad!, ¡qué humildad! Nunca nos falló, lo decía y lo cumplía. Esta práctica del mencionado personaje que patentó un "Nooooo mameeees, dónde estamos" en un agudo regio que a manera de falsete habría envidiado Miguel Aceves Mejía, dejó escuela y no faltaba algún rubio amigo (que no es mi 'Patitas', sino un rubio por güero) que también se animaba a seguir a su pastor con la proverbial "a ver, voy a decir una pendejada..."
En fin, ya lo dice aquella máxima de la vida, algunos tendemos a subir y otros suben a tender.
El policía de la entrada, que se portó muy amable, se me quedaba viendo como diciendo: "de qué se ríe este güey", mientras entre saludo y saludo con los ex compñaeros, mi urticaria se convirtió en un buen momento.
Y así podría seguirme con buenas y malas experiencias, más las buenas, pero no tan cotorreables como las amargas, que a la distancia se transforman en sonrisas (claro, porque yo ya no tengo que padecer al sincerote, dirán algunos).
Lo bueno de haber estado en Reforma fue que de mis jefes (Andrés, Alex, Yicha, Jaime y hasta Ernesto) y mis compañeros (los de la generación primigenia, esos trilobites con grabadora: Tapia, Luna, Chuy, Padilla, Pablo, Quispe, el Bull, Alejandro González, Martha Isela, la Sra. Gudiño, Laurita Ramos y por supuesto la Beni) aprendí muchísimo más de lo que alcanzo a darme cuenta si lo pienso de una sola vez, porque lo que sé ahora se lo debo a ellos y sale cada día en mi trabajo.
También a los que llegaron después fueron un agasajo, porque además de todo nos divertimos mucho. El Sr. Colorado, a Luis Homero, Iván, el Flac, Edú, Abel, el Truck, Uri, Alonso, Rodman, Pelitos, Diego, Sandra, Rou, Ivis, Luis, Cacharpo, Carnita, Rol, Erika, Britney, Mele, Gaby, Luijmi, Balleschuecos, Lennart, Juanca, Héctor, Madri, Canela, Leal, Al Unser, Distrael, ya no sigo porque seguro voy a olvidar a alguno y no quiero, además de que no he contado a los diseñadores que también son una raza adorable.
Hoy juego para Récord, otro equipo, y como todos los que jugamos, quiero ser el mejor y creo estar en el mejor equipo.
Al equipo anterior lo respeto, pero agradezco mucho al que me acogió (que se recalque mucho la "a " del inicio porque no ha llegado a tanto la buena recepción). No creo en aquellos que no festejan los goles que le meten a su ex equipo, creo que la mejor forma de hacer honor a esos más de 12 años, es cada día ser mejor de lo que era allá y cada gol lo grito y lo grito fuerte.
Acá aprendo todos los días y no es fácil llenarle el ojo con trabajo a Gmz y a Edú, pero por lo menos cada vez que la cago recibo una palabra de aliento y no un "noooooooooo mameees".
Mi cabello ha crecido y mi tranquilidad también. Mi trabajo es más y mentiría si digo que no extraño. Me halaga que me digan que regrese (pero lo que me lleve), pero primero sale del clóset el personaje de la sinceridad editorial que yo vuelva a trabajar por allá.

Para los que dejé y para Iván que me trajo. Salud amigos todos.

05 abril, 2007

Cómo no te voy a jo...

Hoy lo voy a hacer. Hoy, aunque algunos de mis amigos se sientan (los inteligentes no lo harán [ya con esto evito reclamos, porque los que no quieran pasar por tontos no me reclamarán]) voy a cambiar... no, eso era y es de la D'Alessio, perdón fue un resbalón, no, lo que quería decir es que hoy voy a hablar de Pumas.
Y no tanto de los jugadores, que los hubo definitivamente zurrantes como Félix Cruz (corría como puñal) o Pablo Luna (es puñal) o Rafael Amador (con esa cara, si no es puñal que desperdicio de talento), más bien hablaré de los aficionados de Pumas, que son algo, por decirlo de una manera sutil, "especial".
No conozco uno que no se sienta robado cada vez que pierde su equipo, los árbitros, el poder económico del América (al que sí, efectivamente, antes de que surja el comentario de "claro este wey le ha de ir al pollo", sí le voy) y cualquier tipo de manifestación que consideran sobrenatural, es la responsable de sus derrotas, pero nunca lo son sus jugadores.
Es chistoso que cualquier cosa que pasa en la tierra la relacionan con el América. Si Chivas y Pachuca están en el Mundial de Clubes, su razonamiento es: pero ellos lo harán mejor que el "Güilo", y sí, América dio ternura de tan mal que lo hizo en Japón, pero todo lo piensan en azul y crema.
Antes de preguntar cómo quedaron los Pumas, se enteran de cómo le fue al América, y si perdió lo celebran más que una victoria suya. En cierto modo, y sólo como un simil no se me vayan a ofender y me vayan a ir a graffitear mi casa o me avienten al 'Nariz' para que me pegue, son águilas de clóset, todo lo ven con plumas y amarillo, son como los gays de clóset (y que me perdonen aquí ahora los gays) van al teibol y en vez de ver carne, se hacen ilusiones con el que cuida la puerta. ¡Concéntrense en lo suyo, cagajo! (como diría el insigne Tuca de cuyas preferencias, mejor no hablamos).
Son vaciados, no se los puedo negar, porque hay muchos que son Pumas porque en el examen de admisión a la UNAM se sacaron 4, es decir dos puntos más por encima del promedio (yo también me saqué lo mismo y entré a la Prepa 6) y se sintieron con la obligación moral de irle a los felinos. Es decir, que son como el Pichi en las películas cincuenteras que era el enemigo de Vitola, porque bailaba el mambo del Poli, o sea que con el número de cuenta les llegó el amor a la Máxima Casa de Estudios y todo lo que creen que de ella emana.
En mi caso, cuando llegué a la UNAM ya tenía 10 años viendo futbol y estaba definido futbolística y sexualmente (puras mujeres, reitero, muy aburrido que salí, ni hablar), pero no critico a los que cuando entraron se volvieron pumas y/o vieron en el gimnasio que era factible eso de los nenes con los nenes.
Aclaro que irle a Pumas y ser universitario no es lo mismo ni remotamente, algunos fuimos a la UNAM a estudiar (o jugar ping pong o frontón o cáscara), no a raptar camiones, atracar vinatas ni a creernos barras argentinos. Vamos marcando diferencias y que "Vive la diference".
Ahora, los Pumas (del futbol) tienen la difícil tarea de llevar el apellido de la UNAM, pero ni siquiera los más radicales me dejarán mentir si digo que los gángsters que dirigen el patronato que lleva el equipo, son todo menos un ejemplo de lo que es la Universidad, muchos jugadores sí lo han sido, tampoco me voy a hacer wey.
Hay muchos otros que ejercen su derecho a querer a la UNAM sin haber pisado más allá del metro Universidad y el estadio. De esos, creo que están perfectamente instalados en poder querer lo que se les dé la gana, son como los que me salen con que le van a los Irlandeses Peleadores de Notre Dame y lo único irlandés que conocen es un café flameado. Es su gusto y se les respeta.
Hay otros, que alegan que los Pumas reúnen a una masa estudiada, leida y escrebeida, harto culta y "a vanguard", y sí, hay una minoría (a la que pertenecen todos mis amigos pumas, no se enojen 'inga, esto no es para ustedes) que es gente de bien, pero díganme si lo mismo se puede aplicar al otro 90 por ciento de los entes que brincotean en CU cada 15 días.
Lo malo es que ahí, y el buen Uri no me dejará mentir porque lo vimos en un juego de Pumas-Toluca, hasta los que parece que no comen con las manos se contagian y se radicalizan al grado que querer llegar gustosos al terreno de los mamporros, nada más porque quieren que todos estén parados en el estadio los 90 minutos. ¡Mucha tolerancia, no hay eh!
Ya sé, me van a decir que los de América son todos los microbuseros y polleros del país, que la Monumental no es Harvard, es más no le llega ni al Herman Holleritt y les doy la razón, son eso y más, y por mí que un día un tornado se lleve la cabecera norte del Azteca y se los lleve a Kansas junto con Dorothy y su perro. Ya lo he dicho, le voy al América, pero si gana o si pierde me es como el ombligo, y si escribo esto, es porque en realidad los pumas son aparte, muy distintos a todos, y porque se me antojó, ¿qué, no puedo?
En descargo diré que no hay fan más orgulloso de su equipo que los felinos, no hay equipo que jale más mujeres (allá háganle la lectura que quieran a esto, pero las mismas que decían cada domingo "para qué ves el fut si siempre pierden" o que sólo se pambolizaban en los mundiales, son las mismas que luego salen con sangre azul y oro de "nacimiento"), tampoco hay un uniforme más representativo, ni un jugador más grande que Hugo, y salió de ahí. Lo acepto, lo reconozco y lo alabo, pero, ¿a poco no llega un momento en que ustedes mismos se voltean a ver cuando levantan el puño y se ven cantando junto a un doctor en medicina nuclear de esos que abundan en La Rebel, el himno de los Pumas y se dicen, creo que ya exageré?
También diré que, como en todo, hay Pumas moderados y sensatos, pero al último vivo se le vio con el Yeti en el Changabang hace como 20 años.
Bueno, igual y yo no siento nada así por ningún equipo de futbol, más que por los Chargers y esos son de tocho... seguro el que está mal soy yo... es más ni yo ni ustedes... sólo somos distintos.

11 marzo, 2007

En vivo y a medio color

Para los que no lo sepan o para los que no se acuerden, yo soy daltónico y eso me da una visión exclusiva del mundo que difícilmente alguien podrá entender.
Atreverme a decir esto es casi como lo que hizo el chotito de RBD, al salir del clóset con todo y novio pegado a sus belfos. ¿Por qué? Porque es un auténtico dolor de tompiates admitir a cualquier persona, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia este padecimiento.
Así como el RBGay, cada vez que he hecho esta revelación (la del daltonismo, no la de mis preferencias sexuales, que son de lo más aburridas y comúnes: puras mujeres), comienzan a llegar las solicitudes de entrevista, los chacaleos banqueteros y los bombardeos de cuestionamientos.
Inmediatamente surge la tipa que apenas conoces, pero que oyó la plática, y que te enseña una horrible chalina que cuelga de su cuello, y te pregunta: "¿de qué color la ves?", en este caso, (no se lo dices, pero lo piensas), lo importante no es el color, sino que un día la laves para que deje de oler a pachuli asoleado de Coyoacán y que las lámparas de grasa que la adornan sean distinguibles, incluso para los no daltónicos.
Pero hasta tus cuates y amigos más cercanos, no se pueden abstraer de empezar un extenso test cromático que incluye las preguntitas de: "¿ves en blanco y negro como los perros?", "y cómo manejas, porque los semaforos son de colores, ¿no lo sabías?", o "¿entonces cómo le haces?" y "¿de qué color es ese coche?".
Invariablemente, unas veces con más paciencia que otras, unas con menos leperadas que otras, saco el bat y contesto con ánimo de sacar a mi interlocutor del parque: "no soy perro ni toro y veo colores, pero no como tú, simplemente los veo distintos".
Y me ha pasado de todo en el vía crucis de esta hemofilia del color, porque durante gran parte de mi infancia más bien pensé que era un imbécil de la gama cromática, porque yo decía "mira esa vieja con botas rosas", y eran grises, y se burlaban de mí.
Más tarde me di cuenta que no era un problema de aprendizaje, ni era porque hice sólo un año de kinder antes de entrar a la primaria a los 5 años (porque sí llegué a pensar que me había saltado una parte importante de la escolaridad y que por eso los colores eran una ciencia vedada para mí). No era así, y un día oí del daltonismo y dije, de aquí soy.
Luego me topé con mi primer test de daltonismo en una hoja de papel llena de puntitos de colores, y nada más que nunca pude ver los numerotes, que según dicen, estaban ahí formados.
Y sí, parafraseando al Hombre Elefante diré que ¡no soy un animal!, ¡no soy un fenómeno!, ¡soy un ser humano!
Como cultura general les diré que ningún daltónico confunde los mismos colores que otros, todos somos distintos y es muy improbable que haya mujeres daltónicas (por eso si juntas a siete van a coincidir en casi todo, sobre todo si se trata del tema hombres, todo depende del cristal con que se mira, y todas ellas ven todo igual), porque el daltonismo, descubierto por John Dalton, quien lo padecía, se encuentra en el cromosoma x, por lo que las mujeres, en su mayoría sólo son portadoras, y como es una enfermedad hereditaria, se la llegan a transmitir a sus hijos varones.
¿Qué tal? Ahora creo que ya hasta me siento mejor, me liberé, me siento nuevo, soy daltónico y qué, veo el mundo como nadie más, mi realidad no se parece a la de ningún otro, mi rojo, es sólo mi rojo, mi verde es sólo mi verde y esa tonalidad no existe en ningún pantone del universo, sólo en mi cabeza. Eso es ser daltónico, y mucho más, porque cuando escribo una crónica casi nunca hablo de color, describo las cosas y a las personas por lo que transmiten, por su esencia, por su forma y por su conducta, porque de nada me sirve decir que la rana verde hizo esto o aquello, si ni siquiera sé si es tan verde como me dicen que es o tan roja como la veo.
De ahora en adelante convocaré a la marcha anual por el orgullo daltónico y propondré una bandera sin colores para que la gente nos incluya y nos permita formar sociedades de convivencia... bueno, eso no, ya se me fueron las cabras, mejor ahí nos vemos.